Redacción. Un grupo de investigadores internacionales afirma estar cada vez más cerca de identificar los posibles restos del Arca de Noé, tras la publicación de nuevos y prometedores resultados de pruebas en el sitio de Durupinar, en el este de Turquía.
Esta formación con forma de barco fue detectada por primera vez en la década de 1950 y, desde entonces, ha sido objeto de intensa especulación y debate.
La organización «Noah’s Ark Scans» lidera la reciente investigación, que incluye muestras de suelo recogidas el pasado septiembre. Los análisis de estas muestras revelaron niveles significativamente más altos de materia orgánica y potasio, en comparación con las áreas circundantes, según un comunicado de la organización.
Estos hallazgos son una «evidencia convincente de una estructura única, potencialmente hecha por el hombre, debajo de la superficie, distinta del flujo de lodo circundante», lo que sugiere la presencia de «madera podrida u otros materiales orgánicos, consistentes con una estructura grande y antigua preservada dentro del flujo de lodo».
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Andrew Jones, investigador arqueológico principal, señaló que se registra 2.72 veces más carbono dentro del «objeto con forma de barco» en comparación con el exterior. Explicó que la madera antigua en descomposición crea un microambiente localizado en el suelo, reduciendo el pH y aumentando la materia orgánica y el potasio.
William Crabtree, científico de suelos, añadió que la composición del suelo es «notablemente diferente del flujo de lodo natural», lo que indica «algo extraordinario» en el sitio.
Evidencia subterránea
Además de las pruebas científicas, la formación de 515 pies de largo «se alinea exactamente con las dimensiones bíblicas del Arca de Noé». Es un detalle que alimenta la teoría de su origen.
La investigación también se basa en escaneos previos de radar de penetración terrestre en 3D de 2019. Estudios revelaron un corredor central de 234 pies y estructuras angulares de hasta 20 pies de profundidad.
Estas formaciones «sugieren un diseño intencional» y «no son formas aleatorias en el flujo de lodo», según Jones. Él subraya que la «presencia de pasillos y estructuras tipo habitación apunta a un origen hecho por el hombre para la forma del barco».
Aunque no hay excavaciones planeadas para este año, Jones indicó que el análisis del sitio continuará con más estudios geofísicos y posibles perforaciones de núcleos programadas para el próximo año. El enfoque actual se centra en técnicas no destructivas y análisis de suelo más profundos.