Tegucigalpa, Honduras. La sesión del Congreso Nacional de este jueves 17 de agosto inició con la presencia de 95 diputados, pero la insurrección resurgió, dos bancadas se retiraron y nuevamente fue suspendida.
La secretaria del hemiciclo legislativo comenzó a leer correspondencia y cuando se llegó el espacio para presentar iniciativas, el diputado por el Partido Nacional, Nelson Márquez, hizo uso de la palabra para pedir que se derogara el decreto 04-2022, de la amnistía política.
En ese sentido, la Junta Directiva del Congreso no le dio trámite, porque «no existen las causales suficientes para continuar con la moción». Seguidamente, la bancada nacionalista retomó la insurrección, pese a que aseguraron que no continuarían con las protestas para que se sesionara.
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Los integrantes del partido de la estrella solitaria se aproximaron al estrado de la Junta Directiva, con silbatos, pancartas y vuvuzelas como medida de protesta.
Entre la insurrección, la Junta Directiva inició en su tercer debate la discusión de la iniciativa de Ley para actualizar la compra y adquisición de maquinaria pesada por diferentes municipalidades. Sin embargo, la votación comenzó a realizarse a mano alzada, sólo con el apoyo de la bancada del partido de gobierno.
Se sometió a su último debate cada uno de los artículos, votando con mano alzada y sin un conteo de los votos, los aprobaron.
Bancadas se retiraron
Ante los gritos de la bancada nacionalista y la votación inusual a mano alzada, continuaron la sesión, pero con el descontrol en el hemiciclo legislativo, las bancadas del Partido Salvador de Honduras (PSH) y Partido Liberal dejaron sus curules.
Desde el PSH aseguraron que se están llevando a cabo las sesiones, pero los congresistas no pueden escuchar las propuestas que se están leyendo.
«Están aprobando sin que haya el número de votos… Abandonamos el hemiciclo porque no vamos a a votar sobre proyectos que no conocemos», dijo la congresista Maribel Espinoza.
Y agregó que «el objetivo de Luis Redondo es paralizar este Congreso Nacional».
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