Redacción. La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) entregó más de 1,600 títulos a estudiantes que culminaron con éxito sus estudios superiores, uno de ellos fue el joven Alejandro Osorto, un hondureño ejemplar que demostró que, a pesar de su discapacidad, nunca abandonó la carrera.
Graduado como licenciado en Informática Administrativa, Osorto mencionó que desde temprana edad siempre le gustó la tecnología. Iba a los «cibers» para jugar maquinitas. La carrera de Informática Administrativa tuvo lo que él necesitaba. Las clases de esta carrera combinaban sus intereses en la tecnología, gestión empresarial, desarrollar soluciones eficientes y prácticas para el mundo corporativo.
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Desafíos
Asimismo, Osorto detalló que uno de los mayores desafíos era llegar puntual a las clases, ya que en la facultad no hay ascensor.
«Mis compañeros me subían, generalmente hasta el tercer piso y en el cambio de clase. Tenía que buscar ayuda para subir o bajar de piso. Además, tuve que gestionar el equilibrio entre las responsabilidades académicas, estudiar y practicar nuevos temas. Fue una tarea exigente», expresó.
Experiencia universitaria
En ese sentido, el joven precisó que su experiencia en la universidad destacó por ser un recorrido enriquecedor y desafiante. El estoico profesional emanifestó además que aprendió mucho dentro y fuera de los salones de clase, desarrollando no sólo habilidades técnicas, sino también habilidades como la comunicación y el trabajo en equipo.
Enfatizó que sin la ayuda de algunas personas en su camino, no habría podido concluir sus estudios. «Uno en particular fue mi catedrático de Perspectiva de la Tecnología en la Orientación a la ciencia de Datos. Su pasión por el tema y su disposición a ayudarme fuera del horario de clases me inspiraron a profundizar en este campo y mejorar continuamente», indicó.
Recursos
La UNAH le proporcionó acceso a software especializado y recursos adicionales para profundizar en sus estudios. También tuvo acceso a profesores y tutores que ofrecían apoyo extra en momentos críticos, ayudándole a superar obstáculos específicos.
Apoyo incondicional
El perseverante académico no perdió la oportunidad para hablar sobre las personas que lo auxiliaron sin importar qué tan fuerte estuviera la tormenta. Actitudes que a él lo impulsaron para mantener el objetivo en la mira.
«Mis amigos y familiares fueron una fuente constante de motivación y apoyo emocional. Siempre estuvieron ahí para celebrar mis logros y ofrecer palabras de aliento en momentos de dificultad. Fue fundamental para mantenerme enfocado y positivo», determinó.
Según al valeroso Alejandro Osorto, su discapacidad le enseñó a valorar las pequeñas victorias, ser más paciente y perseverante.
«Nada es imposible. Si fallaste, aprendiste. Si no fallaste y alcanzaste lo que querías, disfrútalo», puntualizó.
Osorto envía un mensaje a las personas para que no abandonen sus propósitos. Finalizó asegurando que no deben rendirse, pues soñar alto es necesario.
