Ale, la «pretty woman» que hizo madridista a Richard Gere

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ESPAÑA. Todos esperaban a un invitado VIP madridista en el palco de San Siro, a Richard Gere y a su «pretty woman» española, como es apodada mundialmente la novia del actor, aunque Alejandra Silva para el ambiente merengue es simplemente «Ale», hija del ex vicepresidente económico del Madrid durante la presidencia de Lorenzo Sanz, Ignacio Silva Botas, socia abonada futbolera desde pequeña y una habitual, cuando era veinteañera, de las fiestas madridistas, que llegó a ser novia de Roberto Carlos.

Lo que ni jugadores ni directivos del Real Madrid esperaban cuando Richard Gere se subió al avión del equipo rumbo a Milán es que el glamour hollywoodiense fuera más allá de la galanura del palco. Gere se presentó en el entrenamiento previo a la final, dio toques de balón con Sergio Ramos, se puso una camiseta y, al día siguiente, levantó la Undécima en el césped de San Siro y celebró el éxito con los jugadores como un afortunado madridista. Cual forofo.

«¿Puedo bajar al césped a celebrarlo?», cuentan en el club que preguntó Richard Gere, producto de la explosión de emoción que Alejandra Silva, a su lado como un flan, y el resto de la parroquia madridista vivió tras el quinto lanzamiento de penalti y el acierto de Cristiano Ronaldo. El Real Madrid se lo solicitó a la UEFA y… permiso concedido. La imagen de Richard Gere levantando la Undécima dio la vuelta al mundo.

Ale, la «pretty woman» que hizo madridista a Richard Gere.
Ale, la «pretty woman» que hizo madridista a Richard Gere.

Nadie sabía que le gustase el fútbol. Ni siquiera, el suegro del actor, Ignacio Silva, que lo conoce desde hace 22 años. Fue cuando Richard Gere vino a España para protagonizar un anuncio de Maurice Lacroix, marca que gestionaba en España Viceroy, cuyo dueño, Juan Palacios, es muy amigo de Ignacio Silva, además de que compartieron vicepresidencia en el Real Madrid.

Ale, así se conocieron

Ambos abandonaron el club en julio de 1997 hartos de la intromisión de Juan Onieva en la parcela económica. Pidieron a Lorenzo Sanz que lo destituyera, éste se negó y ellos dimitieron. El productor le pidió apoyo logístico para la grabación del spot, durante esos cinco días Silva convivió con Richard Gere y fraguaron una amistad que se vería correspondida por el actor cada vez que el empresario y constructor gallego viajaba a EE UU, que eran muchas las veces, y Gere tenía la agenda libre.

El siempre atractivo actor es aficionado a los deportes «oficiales» norteamericanos: al béisbol –lanzó la primera bola del partido entre los New York Yankees y los Boston Red Sox de la MLB en 2011– y al baloncesto, al que ha llevado a su hijo Homer, que hereda el nombre del abuelo paterno. Ahora, por amor, también lo es al fútbol. Cuenta el entorno de la pareja que es Alejandra quien ha infundido al actor y, sobre todo, a su único hijo, el gusto por el «soccer». Alejandra también tiene un único hijo de su extinto matrimonio con Govind Friedland, heredero del multimillonario americano «rey de las minas». Pero Albert, de 3 años, se quedó en Madrid. A Milan viajaron la pareja junto con Homer, además de que Ignacio Silva viajó con sus otras dos hijas: Patricia y Blanca.

Alejandra Silva se ha mimetizado con la faceta budista y solidaria de Richard Gere; él, con el madridismo y la prevalencia en el papel de madre de Alejandra Silva. «Es una mujer inteligente, muy resuelta y con mucha determinación de carácter», así la describen sus más allegados, a los que les da una profunda rabia que en un momento se tildara a Alejandra de cazafortunas. «Si así fuera, no se hubiera divorciado de Govind, pero a ella el dinero no es lo que más le importa sino la felicidad». Al lado de Richard Gere lo vuelve a ser: «Es muy feliz. Está muy comprometida con las causas solidarias de Richard (la lucha por la defensa del Tíbet, la investigación del VIH o los sin hogar), con la fundación del actor, le llena poder contribuir con la sociedad», cuentan los más cercanos a ellas, para quienes la diferencia de edad entre la pareja –33 años– no estigmatiza la relación: «El amor surge donde surge; mientras ella esté feliz, la apoyamos».

Alejandra Silva es una niña bien de la «jet set» madrileña, que fue a los mejores colegios y se codea con otros de su generación y vive a caballo entre Madrid y Nueva York. Tiene una educación exquisita y un saber estar que deslumbró a Richard Gere en Positano (Italia), donde coincidieron por amigos comunes, y él no paró de mandarle flores hasta conquistar a la hija de su amigo español.