Más de alguna mujer soñó cuando pequeña en tener esos maravillosos zapatos de cristal que usaba Cenicienta. A veces tenías algunos… de plástico, pero aún así tenían magia para ti. No sólo eran transparentes, sino que se veían tan lindos, elegantes, y, por supuesto, venían con un príncipe y su amor eterno de por medio. Por más que sea una historia, eso suena bastante bueno.
No tenemos idea porqué, pero un grupo de físicos generó un estudio para ver qué tan real podría ser esta idea de los zapatos de cristal. Más específicamente, tacones. Quizás querían destrozarle los sueños a alguna niña, o simplemente tenían mucho tiempo libre, quién sabe.
Todo esto fue publicado en el Periódico de Asuntos Físicos Especiales, bajo el nombre de “Los sueños aplastados de Cenicienta”. Entre hechos e hipótesis, los científicos quisieron llegar a conclusiones sobre cómo Cenicienta pudo andar sobre zapatos tan delicados, y si era esto posible para cualquier otro mortal.
Básicamente la conclusión es una y muy clara: es imposible. Pero recordemos que estamos hablando de una historia infantil, una invención para la entretención. Y no un asunto muy serio como para un estudio.
Cuando te preguntas por qué aún nadie hace una réplica de zapatos de cristal, es por eso. No pueden ser de cristal, quizás sí de plástico u otros materiales transparentes. Pero es como pisar cualquier objeto de vidrio: se rompería en un santiamén, aún si eres una niña.
Tomando en cuenta lo delgada y menuda que se veía Cenicienta, los investigadores a cargo asumieron que sería talla 36 de calzado, y que los zapatos fuesen de un cristal común. Independiente de esto y de qué tal delgada podría ser quien los usa, apenas sí podrías mantenerte en pie totalmente quieta con este tipo de soporte.
La idea de bailar es lo más irreal de todo, pues en verdad, ya habrías aplastado o estrellado tus zapatos. Lo más probable, con una que otra astilla de cristal en tu pie. Es duro, pero es la realidad.
El estudio terminó sugiriendo que, de haber esto pasado en la vida real, Cenicienta debería haber usado el equivalente a unas zapatillas de ballet: no tienen gran altura, por lo que la presión del cuerpo se vuelve menor. Aún así, ese baile con el príncipe sigue siendo bastante poco probable…
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