La llegada de un Clásico lo eclipsa casi todo, pero hay algo que no podrá eclipsar jamás un partido de fútbol, sea de la importancia que sea: el debut de Johan Cruyff con la camiseta del Barça. De ello se cumplirán el día del Clásico 45 años.
Fue un momento tan importante que supuso el nacimiento de un nuevo ídolo, de un nuevo fútbol, de una nueva ilusión y de un nuevo Barça.
Todo cambió aquel 28 de octubre cuando aquel fino holandés saltó al terreno de juego formando parte de un equipo que estaba poco menos que deprimido.
Tan deprimido como la sociedad catalana, encorsetada por el franquismo, que vio en Cruyff una forma diferente de vivir, moderna, desinhibida.
CON JOHAN TODO CAMBIÓ
El Barça no levantaba cabeza por aquel entonces. Era un equipo sin chispa que ni siquiera intimidaba a sus rivales.
Tres derrotas, dos empates y una única victoria frente al Espanyol decoraban un pobre currículum aquella temporada. Fue llegar Johan y todo cambió.
Johan contagió a sus compañeros, al entrenador, a la afición… el cambio fue radical. Se ganó al Granada por 4-0 con dos goles suyos, el segundo y el cuarto. Se abrió la luz.
El Camp Nou se llenó para ver a aquella estrella que brilló con luz propia aquel día y daría muchas más tardes de gloria a los culés.
En las cinco temporadas en las que permaneció en el Barça no se ganaría ninguna Liga más y solo en la temporada 1977-78 conquistó la Copa del Rey, pero lo más importante de aquel debut es que el Barça renació des sus cenizas como hiciera años antes con la llegada de Kubala.
NUEVA REVOLUCIÓN COMO ENTRENADOR
A Johan, fallecido el 24 de marzo de 2016, también le marcó el Barça y Barcelona, y volvió como entrenador unos años después para dar un nuevo giro a la entidad y también obsequiar al mundo una nueva y moderna forma de entender el fútbol.
Hoy se celebran 45 años de un día importante para Johan Cruyff, para el FC Barcelona, para Catalunya y, sobre todo, para el fútbol.
