TEGUCIGALPA, HONDURAS. Entre 180 y 200 mil niños y jóvenes abandonarán sus estudios tras la Emergencia Sanitaria Nacional por COVID-19, estimó Dennis Cáceres, exdirector del Instituto Nacional de Investigación y Capacitación Educativa (INICE).
Cáceres anticipó que unos 40 mil estudiantes más dejarán la educación privada e ingresarán al sistema público, debido a la severa afectación en la economía. La pérdida de empleos de sus padres o tutores responsables no dejará otra opción.
«Los padres de familia no podrán pagar la escuela privada, por lo que buscarán insertarse en el sistema público», precisó el extitular de INICE.
Además, se refirió al limitado o nulo acceso a las posibilidades tecnológicas que hay en las zonas rurales para que los escolares continúen sus estudios. Dejó entrever que se discrimina a al menos un millón de alumnos que no tienen internet o televisión por cable.
«Este millón son los que están excluidos del Sistema Educativo, por eso necesitan al profesor cara a cara», enfatizó.
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Si se confirma la cifra, deserción aumentaría 59 %
Una recopilación que realizó Diario TIEMPO Digital sobre los datos oficiales referentes al abandono en los centros educativos indica que, desde 2015, las deserciones han incrementado en al menos un 42 por ciento.
Ese año, 47 mil 813 estudiantes dejaron atrás el lápiz y el cuaderno en las escuelas y colegios. Mientras que, en 2016 la cifra fue de 58 mil 730; 67 mil 024 dijeron adiós a sus posibilidades educativas en 2017.
De forma más reciente, en 2018 se registró una deserción de 81 mil 858 menores; el año anterior se contabilizó el abandono de 82 mil 438 niños y jóvenes. Todos los años el dato aumentó.
Si la proyección para 2020 se convierte en realidad, el porcentaje de alza en la deserción sería de un 58.8 %. Cabe destacar que el departamento que más sufre consecuencias por esta problemática es Cortés, seguido de Francisco Morazán.
Plan de rescate: radio y televisión para enseñar
Hace un par de días, el viernes, el dirigente magisterial Daniel Esponda también señaló que es imposible el aprendizaje en línea para muchos niños y jóvenes de escasos recursos.
Por tanto, consideró que, para que una gran porción de la masa estudiantil no se pierda del contenido valioso vertido en las plataformas, se puede ejecutar un plan para difundir las cátedras a través de la radiofonía y la televisión.
Instó a que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) autorice una hora de clases por ambos medios de transmisión «para reforzar al alumno»; eso, pues, recordó que Honduras tiene una «larga experiencia» en aprendizaje vía esos canales.
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