SAN PEDRO SULA. Alejandro es un ejemplo e inspirador de lo que es ser un buen padre. Este catracho viaja día con día a la universidad junto a su bebé y en un autobús, entre multitudes e incomodidades, pero con alta perseverancia, este incansable joven lo hace para salir adelante y ser abogado.
Su acciones están dando de qué hablar y lo convierten en un verdadero «súperpapá», con un sonrisa en el rostro, cuando va a su centro de estudios compra algo para su pequeña como si no tuviera problemas de que preocuparse.
Aunque a veces pasa hambre y dolor, la nena es su mayor fuerza y es el motor de su vida. Sus compañeros en la universidad al inicio se sorprendieron porque no es común ver a alguien de su edad en el salón de clases y con una bebé entre sus brazos.
Alejandro quien sueña ser abogado, ha acaparado cientos de miradas desde que ingresa al centro universitario de esta ciudad, desde un sólido saludo por parte de la seguridad, «el Dios te guarde siempre hermano» por parte del busero y la felicidad con la que los reciben cada uno de sus catedráticos y compañeros.
Sin duda no ha sido fácil para este joven, ya que su niña no tiene a «su madre porque los abandonó», mientras tanto en el día aprovecha a trabajar cuidando bicicletas, por la tarde va a su lugar de estudios con su pequeña entre brazos, con sacrificio, pero con mucho amor.
Normalmente quienes tienen el privilegio de tenerle cerca, lo observan con camisas bastantes sencillas y hasta rotas en algunas ocasiones. La forma en que está vestida la bebé pensarán muchos que no es la adecuada, tendrán mucha razón pero Alejandro no tiene el dinero requerido ni los recursos necesarios por ahora para darle lo que necesita, apenas alcanza para sus estudios, viajar en bus y deja su guardadito para que la niña no deje de alimentarse.
Desde el día que su expareja «lo dejó» no ha sido fácil, capítulos largos…muuuy largos lleno de pobreza, desamor de una buena mujer y viviendo en condiciones casi deplorables; sin embargo, Alejandro prefiere que su hija duerma cómoda y él dormir en el suelo.
Todo parece indicar que en cierto modo la vida le jugó una «mala pasada», ahora solo entre el mundo, con su hija como su mayor regalo, espera graduarse de abogacía para defender a la ciudadanía y tener suficientes ingresos como para darle a ella lo que en realidad de merece.
«A los días de haber nacido fui a buscar a mis dos mujeres (esposa y madre) una lucía pálida y la otra radiante y dormilona. En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi niña y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura. Su carita,su sonrisa y su mirada no se apartan ni por un instante de mis pensamientos, todo lo que pide a como puede se lo compro».
«Aunque me es difícil andar mi bolsón con los libros y también cargando a mi chiquita, lo hago con mucho placer porque ella ahora es todo lo que tengo», dijo entre lágrima el compatriota.
De forma aparente, la madre de la bebé habría declarado a través de su perfil social que «ella era una buena madre y que estaba muy molesta por lo que el papá estaba haciendo, que él le dijo que iría a la universidad a clases y decidió llevarse la niña a lo que sus compañeros tomaron la fotografía a su conveniencia», aseveró la mujer.
Alejandro, un joven hondureño y verdadero «súperpapá» ►https://t.co/yhF0oBzyUL pic.twitter.com/CMTuPnWUqY
— Diario Tiempo, HN (@DiarioTiempo) 19 de marzo de 2016
Por: J. Ariel Trigueros
Correo: Jerson.trigueros@tiempo.hn
