24.6 C
San Pedro Sula
sábado, mayo 10, 2025

Yajaira Amador, la hondureña que ayuda a niños con síndrome de Down a través de «Dejando Huellas»

Debes leer

En medio de las incertidumbres que trajo la pandemia, también llegaron nuevos comienzos. Para Yajaira Amador, periodista, el nacimiento de su hijo Eleazar Daniel marcó el inicio de una historia profundamente transformadora. Junto a su esposo Lázaro Posadas, enfrentó el diagnóstico de síndrome de Down con temor al principio, pero con la convicción de que todo lo que ocurre tiene un propósito mayor.

“Cuando recibimos el diagnóstico fue duro, como para cualquier padre que no sabe qué hacer. Fue un momento de duelo breve, pero muy duro”, recuerda Yajaira. “Nos sacudimos y dijimos: si esta es la voluntad de Dios, vamos a hacer lo mejor por nuestro hijo”.

Eleazar nació en plena pandemia y, desde sus primeros días, sus padres buscaron las herramientas necesarias para estimular su desarrollo. Comenzaron con terapias por Zoom y más tarde lo llevaron a centros especializados. Pronto se dieron cuenta de que su hijo, como tantos otros niños con síndrome de Down, no solo tenía la capacidad de aprender, sino también de brillar. “Él es el sol de la casa. Le enseñamos los colores en inglés y los identifica al instante. Solo necesitan que estemos con ellos, que demos la milla extra, sin limitarlos”.

Yajaira Amador junto a su esposo Lázaro Posadas y su hijo Eleazar Daniel.

Ese compromiso se convirtió en vocación. Yajaira comenzó a capacitarse con una universidad neurológica en México, mientras su esposo se sumergía en libros y estudios sobre la condición de su hijo. Esta sed de conocimiento y superación los llevó más allá de su núcleo familiar. Nació así el proyecto “Dejando Huellas”.

Le puede interesar: De Tegucigalpa a España: Luis García, el hondureño que afiló su sueño cortando cabello

Dejando Huellas cuenta con más de 150 integrantes.

Cientos de familias 

“Dejando Huellas” comenzó casi por casualidad y con una necesidad urgente: la de compartir esperanza. “Conocí a una mamá en el hospital que también tenía un niño con síndrome de Down. Le propuse formar un chat para apoyarnos y aceptó de inmediato. Luego se sumó otra madre de San Lorenzo… y así fuimos creciendo. Hoy somos más de 150 familias”, relata Yajaira con orgullo.

Aunque aún no se ha constituido como una fundación formal, “Dejando Huellas” funciona como una red de apoyo y acompañamiento. El grupo ayuda a padres y madres a encontrar especialistas como pediatras, cardiólogos, ortopedas o endocrinólogos, y también sirve como espacio de desahogo emocional y orientación constante. “Es una comunidad donde nos apoyamos mutuamente y compartimos experiencias”, dijo.

Amador ha generado un cambio en cientos de vida.

Cada 21 de marzo, con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, el proyecto organiza actividades para celebrar la vida y capacidades de los niños. No se trata de generar lástima, sino de inspirar admiración. Con el respaldo de empresas privadas, han montado pasarelas, talleres de pintura, actividades culinarias donde los niños actúan como chefs y baristas, entre otros. “Queremos mostrar que son capaces, y formar conciencia no solo en padres, sino también en empresas y sociedad en general”.

Lea también: Walter Chacón, una mano amiga para los más necesitados en Honduras

«Dejando Huellas» realiza distintas actividades con todos los participantes.

No es fácil 

Detrás de esta labor titánica están Yajaira y Lázaro, que no solo trabajan a tiempo completo, sino que además dedican cada momento libre a estimular a su hijo y a ayudar a otras familias. “No es fácil, pero se puede. Cuando llegamos a casa, nos despojamos del cansancio y nos convertimos en niños para acompañar a Eleazar en su aprendizaje. Esto es un trabajo de equipo”, expresó.

La visión de este matrimonio va más allá. Sueñan con crear el primer instituto especializado en síndrome de Down en Honduras, un centro integral donde no solo se forme académicamente a los niños, sino también se les brinde apoyo psicológico, se eduque a las familias, y se promueva su independencia emocional y social. “Muchos crían con lástima, otros con permisividad. Nosotros queremos formar niños felices, funcionales e independientes”, expresó.

Cada uno de los integrantes de «Dejando Huellas» fortalece sus habilidades.

Pero el camino no ha sido fácil. Yajaira denuncia con preocupación la falta de empatía en algunos hospitales públicos y el desconocimiento generalizado en los centros educativos. “Una madre en Choluteca nos contó que solo le permiten llevar a su hija dos veces por semana porque no saben cómo atenderla. Tenemos casos de niños que se han graduado y no saben nada, porque los pasan por lástima”, contó.

Incluso, en algunas iglesias, los niños con síndrome de Down son excluidos de las clases por falta de formación en los maestros. “Es doloroso ver cómo por desconocimiento se siguen limitando las oportunidades de estos niños. Hacemos un llamado al gobierno para que prepare a los docentes y garantice una educación inclusiva y digna”, recalcó.

En «Dejando Huellas» también son emprendedores.

Restringidos 

Como parte del crecimiento del proyecto, cada año organizan un campamento familiar donde los niños y sus padres conviven, juegan y se educan. Además, están trabajando con psicólogos para desarrollar charlas sobre educación sexual e independencia emocional, temas que a menudo son considerados tabú, pero que resultan fundamentales. “Ellos también tienen emociones, se enamoran, y muchas veces son restringidos por temor o desconocimiento”, detalló.

“Dejando Huellas” también se ha expandido territorialmente. Hoy llegan familias desde San Pedro Sula, Santa Bárbara, Choluteca, Valle, Nacaome, Olancho… todas unidas por el deseo de ver crecer a sus hijos con amor, dignidad y oportunidad.

El mensaje de Yajaira para las familias hondureñas es claro y poderoso: “Un diagnóstico no es un pronóstico. Si tienes un hijo con síndrome de Down, autismo o cualquier otra condición, no hay despropósito. Aprende a disfrutar el viaje, a convivir, a aceptar y potencializar. Ellos tienen derecho a una vida plena desde el momento en que nacen”.

Con determinación, esperanza y mucho amor, Yajaira, Lázaro y el pequeño Eleazar están, efectivamente, dejando huellas imborrables en el corazón de Honduras.

 

La frase:

«Debemos aprender a disfrutar nuestro viaje, a convivir, a ser más tolerante, a tener más paciencia y empatía. A las autoridades de gobierno que siempre se involucren, pero de una manera comprometida, ya sea para el sistema educativo o para salud. Es un derecho que ellos tienen al momento de nacer». 

 

Dato:

«Dejando Huellas» comenzó con cinco integrantes y actualmente cuenta con 150. Están avanzando hacia la creación de un instituto especializado para personas con síndrome de Down. 

Última Hora

Hoy en Cronómetro

    No feed items found.

error: Contenido Protegido