Mazda siempre ha sido una marca rebelde. Lanzó un roadster cuando el mercado decía que estas carrocerías estaban en plena decadencia y fue la única marca que se mantuvo firme en su apuesta por la tecnología wankel.
Y ahora, cuando todas las marcas construyen coches de combustión que reconvierten después a eléctrico, la firma japonesa hace justo lo contrario: tomar su nuevo Mazda MX-30 y hacerlo microhíbrido.
Esta versión, tal y como nos cuentan desde Mazda, se trata de una motorización exclusiva para el mercado japonés, por lo que tampoco estará en ninguna otra región del mundo.
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Esta decisión cuadra con un hecho: en la prueba del Mazda MX-30, al abrir el capó, descubrimos que el vano motor contaba con un inmenso espacio sobrante. Los componentes de un motor eléctrico son muy pequeños, de ahí que algunos carros, como el próximo Ford Mustang Mach-E, apuesten incluso por colocar un pequeño maletero frontal. Pero la firma japonesa no lo hizo.
Esta información indica que el propulsor elegido será el motor gasolina de cuatro cilindros atmosférico Skyactiv-G 2.0. Se apoya en un sistema microhíbrido de 24 voltios y desde luego, con la etiqueta ECO sobre el parabrisas, sería una opción muy interesante para muchos clientes en el mundo.
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