Redacción. El gigante bancario Westpac se prepara para su mayor ronda de despidos en una década, con el recorte de 1,500 puestos de trabajo en los próximos meses. Esta medida intensifica la apuesta de la compañía por la tecnología digital, sólo unos meses después de haber eliminado otros 900 empleos a tiempo completo.
Según el Australian Financial Review, el director ejecutivo, Anthony Miller, pidió a los gerentes que planifiquen una reducción del 5 % del personal en la mayoría de los equipos, como parte de un esfuerzo por recortar costos y simplificar operaciones. La noticia resulta sorpresiva, ya que hace apenas dos semanas Miller había anunciado a los inversores su intención de contratar a 180 nuevos gerentes hipotecarios y de negocios.
Westpac confirmó que los despidos están en consideración, aunque no ha revelado la cifra final. Un portavoz explicó que, si bien continúan invirtiendo en roles de atención al cliente, otros programas e iniciativas pueden requerir menos recursos, lo que «impactará algunos roles y responsabilidades» a medida que las habilidades necesarias en la banca sigan evolucionando. Actualmente, Westpac emplea a 35,240 personas a nivel global.
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Tendencia digital
Este anuncio de recortes en Westpac llega poco después de que Bankwest despidiera a 58 empleados, en el marco de una reestructuración de su matriz. Estas reducciones se concentran principalmente en Nueva Gales del Sur, Victoria, Queensland, Tasmania y Australia Occidental.
La transición hacia modelos completamente digitales está transformando el sector bancario australiano. Westpac, al igual que otros bancos, ha enfrentado críticas por el cierre de decenas de cajeros automáticos y sucursales en todo el país.
En los últimos siete años el número de sucursales y cajeros automáticos bancarios se ha reducido a la mitad, cayendo de 19,508 a 8,836 hasta junio de 2024. Sólo en el último año fiscal, se eliminaron 926 cajeros automáticos.
La digitalización ha provocado el cierre de 230 sucursales en las principales ciudades y 52 en áreas regionales. Además, el año pasado también cerraron 63 oficinas de correos australianas que ofrecían servicios bancarios.
La disminución de estas opciones físicas ha impulsado un movimiento a favor del uso de efectivo, con grupos que instan a los ciudadanos a retirar dinero de sus bancos para asegurar que siga siendo una opción de pago viable.