REDACCIÓN. El brutal asesinato de la joven manicurista Katherine Nicolle Reyes Fuentes, de 22 años, sigue revelando detalles que estremecen a la población hondureña. Lo más reciente en el caso apunta a que Walter Alvarenga, expareja de la víctima y principal sospechoso, no actuó solo, sino que habría contado con la colaboración de al menos dos personas más para ejecutar el crimen.
La Policía Nacional confirmó que estos dos individuos habrían participado activamente en el asesinato. También en el entierro y posterior incineración del cuerpo de Katherine, hallado carbonizado el pasado 21 de julio en el sector de El Zapotal. Las investigaciones señalan que el crimen estaba premeditado y se ejecutó con extrema violencia.

De acuerdo con las pesquisas, el 20 de julio Katherine salió de su apartamento en la colonia Rivera Hernández a bordo de un vehículo Hyundai Elantra, color negro y sin placas. Su destino final se encontraba en un restaurante ubicado en el bulevar del Este, pero de allí Alvarenga y otros sujetos la llevaron raptada hacia el sector de El Zapotal. En ese lugar, la joven fue atacada a disparos, enterrada y posteriormente su cuerpo fue calcinado para intentar borrar evidencias del crimen.
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La denuncia de desaparición interpuesta por la madre de Katherine se convirtió en clave para que la Unidad de Reporte y Seguimiento de Personas Desaparecidas de Interpol diera con su paradero y destapara los macabros detalles del asesinato.

Las autoridades continúan con la búsqueda de los otros dos implicados, mientras Alvarenga guarda prisión preventiva. El caso ha generado indignación y exige respuestas contundentes por parte del sistema de justicia. Para los ciudadanos se trata de un crimen que expone nuevamente la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia en el país.