VENEZUELA. Gracias a un militar que desertó del gobeirno de Nicolás Maduro, quedó al descubierto las condiciones de hacinamiento y las torturas que practican a los presos detenidos.
Los vídeos fueron grabados entre los pasados meses de diciembre y febrero por el teniente de aviación Ronald Dugarte, en la prisión de los Servicios Bolivarianos de Inteligencia en Caracas. En ellos había unos 70 presos; la mayoría militares, pero también algunos civiles.
«Un prisionero con el que contacté me pidió que le contara al mundo lo que pasa en Venezuela», dijo hoy Dugarte en una rueda de prensa en la sede de la Organización de Estados Americanos en Washington.
El teniente, que se dedicó al control de los prisioneros hasta su deserción hace unos días, se negó a participar en torturas. Pero detalló que vio a abundantes víctimas de ellas: «Un prisionero me contó sobre las descargas eléctricas en diferentes parres del cuerpo, la asfixia con plásticos o el colgamiento con la cabeza hacia atrás». Por eso, decidió grabar con una cámara escondida tras un agujero en la parte derecha de su camisa.
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El teniente y la organización, el instituto Casla, han denunciado la infiltración de agentes y militares cubanos en las labores de coordinación de la tortura del régimen.
Por tanto, la directora de Casla, Tamara Suju, anunció en la rueda de prensa que llevará el caso a la Corte Penal Internacional. Cabe señalar que ya lo ha hecho antes, en casos previos de denuncia de torturas.
Suju agregó que desde enero tiene constancia de al menos 40 casos de tortura. En su mayoría, aseguró, practicadas a militares. Además, del secuestro de uniformados que han decidido desertar por los supuestos abusos del gobierno.