Redacción. A pesar del millonario gasto de más de 1,200 millones de lempiras, los hospitales móviles adquiridos en 2020 hoy solo funcionan parcialmente y, en su mayoría, han sido adaptados para atender necesidades distintas a las que motivaron su compra durante la crisis del covid-19.
En Tegucigalpa, el hospital móvil se ha incorporado como un anexo del Hospital Escuela, ahora bajo el nombre de hospital modular. Actualmente, se utiliza exclusivamente para realizar cirugías ambulatorias, en su mayoría ortopédicas, con una media de entre seis y doce intervenciones diarias. Sin embargo, las condiciones del lugar siguen presentando deficiencias. Se ha reportado que el techo de la sala de cirugía comienza a deteriorarse y la máquina desinfectante se encuentra en mal estado.
Desde el Gobierno se reconoce que la situación no es óptima. Sin embargo, aseguran hacer lo que se puede. Raúl Barahona, jefe de la red hospitalaria, aseguró: «nosotros estamos haciendo todo lo posible para que cada hospital realmente pueda brindar un servicio y que no sea una pérdida total de la inversión que se hizo y lo estamos utilizando de la manera más responsable y legalmente posible».
Añadió que uno de los hospitales que no funciona completamente es el de Juticalpa, ya que llegó incompleto: «hubo un vagón que llegó tarde y otro vagón no llegó».
Uso alternativo ante la necesidad sanitaria
Del total de siete hospitales móviles adquiridos, algunos se han adoptado para otros fines médicos. En San Pedro Sula y Copán funcionan como salas de atención para pacientes con dengue, mientras que en Choluteca opera como un anexo hospitalario. En Atlántida, por su parte, el hospital funciona para atender emergencias y brindar atención a afiliados del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Para la doctora y diputada del Partido Liberal, Claudia Ramírez, estos centros podrían ayudar a hacer frente a la crisis sanitaria actual. Considera que, con una adecuada readecuación, podrían funcionar de mucho. No obstante, lamenta que no haya voluntad por parte del Estado. «Para readecuarlos y reconstruirlos para que sean funcionales, incluso se habló de la emergencia que se dio en Roatán para venir y acuerpar a todas las necesidades que pudieran surgir allá pero no se hizo nada», opinó.
En una posición similar, Blanca Munguía, directora de salud de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), subrayó que el daño causado por la inversión con escasos resultados no puede ser olvidado. Aun así, remarcó que los hospitales podrían tener utilidad ante las necesidades existentes. «No es que se va a olvidar todo el daño de esa inversión con pocos resultados, sin embargo hoy tenemos esos hospitales y hay una necesidad básica por lo que podrían ser utilizados», externó.