Tegucigalpa, Honduras. El secuestro es un delito que ataca a Honduras desde hace muchos años y aunque son variadas las causas que lo originan, la principal es obtener dinero de manera fácil y rápida, a través de amenazas y presión en contra de la familia.
En la actualidad este flagelo está siendo combatido por la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS) de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), cuya principal arma de lucha es generar confianza y credibilidad en la ciudadanía para que denuncie este tipo de delitos.
UNAS, entre otras funciones, se encarga de la recepción de las denuncias e indagaciones en torno al rapto de personas. Su objetivo principal es rescatar a las víctimas y evitar el pago de rescate.
Este cuerpo policial se creó en el año 2013. Desde entonces, con el propósito de evitar que se consumen los secuestros, realizan campañas informativas y han habilitado una línea telefónica para que cualquier persona que sea víctima pueda denunciar de inmediato.
Los números a los que puede llamar la ciudadanía para hacer saber a las autoridades sobre un rapto son: el 911 y el celular 9462-8612. La información que se brinde debe ser fidedigna y UNAS promete mantenerla en el anonimato.
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Una unidad confiable y de puertas abiertas
Una fuente de la UNAS informó a Diario Tiempo que el trabajo del ente es confiable, tal y como lo evidencian las estadísticas. Antes del 2013 se reportaban hasta 100 secuestros al año y el 2024 cerró con una cifra de 12.
Además, instó a la población a no temer denunciar de inmediato cualquier rapto, ya sea por la vía telefónica o apersonándose a cualquier sede de la DPI a nivel nacional.
«Desde las oficinas de la DPI nos contactan a nosotros (UNAS) e inmediatamente llegamos al lugar de la denuncia. Si está muy retirado, le damos la asesoría vía teléfono», indicó el experto de la UNAS.
No se debe pagar el rescate, sino denunciar
Según los expertos de la esta unidad policial, tras un secuestro, los familiares suelen recibir la llamada de parte de los captores. A cambio de la libertad, los malhechores piden una fuerte suma de dinero. En ese momento surge el temor y la desesperación por conseguir el dinero y entregárselo cuanto antes.
Sin embargo, desde la UNAS sugieren guardar la calma a las personas y denunciar el delito, sin ningún temor, para así proceder con la intervención policial, rescatar la víctima y evitar el pago.
«La denuncia debe hacerse desde el primer momento que se confirma el secuestro. Es de esta manera cómo los equipos de investigación puedan intervenir y así se realiza un rescate satisfactorio, porque en un secuestro algo vital es ganar tiempo. Cada hora que pasa es de beneficio para los raptores y una vida que está en peligro», externó.
¿Qué pasa si paga antes de denunciar?
Según las autoridades expertas en secuestros, si una persona paga el rescate antes de denunciar se expone a varios inconvenientes:
- No hay garantía de que la víctima sea liberada sana y salva.
- Aumenta el riesgo en la familia de enfrentar un nuevo secuestro.
- Fortalece económicamente al delincuente para que siga secuestrando.
- Continuarán las amenazas y exigencias económicas hasta dejar a la víctima en la ruina.
¿Cómo evitar el secuestro?
Entre las principales recomendaciones de la UNAS-DPI para evitar el secuestro, están:
Con los hijos:
- Instruya a los niños a no brindar información a desconocidos.
- Tome las precauciones en torno a la asistencia a los centros educativos y lugares de recreación.
- No deje a los niños bajo el cuidado de menores de edad.
- Controle dónde y con quién se reúnen los niños.
- Evalúe la rutina en los sitios de recreación.
- Enséñeles a los niños que no debe divulgar aspectos económicos de la familia.
- Enséñeles a los niños que no deben aceptar regalos, alimentos o sobres de personas extrañas.
- Enséñeles a los niños que las páginas en redes sociales las usan delincuentes para obtener información personal y familiar.
Con la familia:
- Eduque a la familia en medidas de autoprotección, los niños son blancos fáciles para la delincuencia por su inocencia.
- Guarde su información personal.
- Si recibe llamadas telefónicas de extraños, no se identifique plenamente, ni brinde información que se pueda usar en su contra.
- No releve sus éxitos financieros.
- Comprométase con su seguridad y la de su familia para que no lo tomen por sorpresa.
- No realice retiros de grandes sumas de dinero en cajeros automáticos.
- No revele aspectos de su vida personal y familiar a desconocidos.
- Sea muy cuidadoso con la visita de vendedores, encuestadores o personas que simulen ser autoridad y que quieren información suya.
- Asegúrese e infórmese con el personal de la UNAS-DPI.
En el lugar de trabajo (empresarios):
- Conozca bien a sus compañeros de trabajo.
- Instale un sistema de seguridad que permita controlar puntos vulnerables de la empresa.
- Incremente las medidas de seguridad al ingreso y salida del trabajo.
- Cambie los horarios de entrada y salida de su empresa u oficina de manera rutinaria.
- Informe sobre sus desplazamientos a una persona de entera confianza.
- Nunca lleve consigo grandes cantidades de dinero.
- Antes de contratar personal verifique sus antecedentes laborales y judiciales.
- Imparta instrucciones precisas y entrene al personal sobre la manera de contestar el teléfono cuando se solicite información que no deben suministrar y alertar sobre las frecuentes llamadas falsas con alteración de voces.
- Procure que las joyas, dinero y otros valores no permanezcan al alcance de los empleados.
- Evite informar con anticipación sobre los horarios de viajes, posibles paseos o vacaciones familiares.
- Si la empleada queda al cuidado de la casa, dele instrucciones precisas para que no deje ingresar a familiares o amigos.
- Exija que siempre verifiquen quién ha llegado, antes de abrir la puerta, bien sea desde la ventana, un segundo piso o un sitio que lo permita.
En los desplazamientos:
- Cuando realice viajes procure hacerlos de día y descansar en la noche en un lugar seguro.
- Sensibilizar constantemente a sus acompañantes para que reacciones eficazmente ante cualquier amenaza.
- Consulte a la policía el estado de las carreteras antes de viajar.
¿Quién está detrás del delito?
Durante los últimos tiempos, el crimen organizado ha ido mutando en su operar. La manera de «extorsionar» con el afán de obtener altas sumas de dinero, que se suele hacer a través de métodos de presión como amenazas, ha llegado ahora a la privación de la libertad de la víctima.
Los grupos criminales detrás del secuestro son bandas delincuenciales y también las estructuras denominadas maras y pandillas. Según cifras de la UNAS, la mayor cantidad de casos de secuestro se han registrado en San Pedro Sula, Cortés.
Cuando las víctimas son empresarios o personas con poder adquisitivo alto, los delincuentes estudian muy bien quién es el más vulnerable en un núcleo familiar. Por ejemplo, escogen a adultos mayores, padres, esposos (as), niños, entre otros.
Del mismo modo, se ha identificado que los captores suelen ser personas cercanas, empleados y hasta los propios familiares que conocen de la situación económica de las víctimas.
Caso Choloma
Según la fuente policial consultada por Diario Tiempo, el 2022 en el municipio de Choloma, Cortés, miembros de la Pandilla 18 iniciaron con una ola de robos de vehículos. Sin embargo, luego empezaron a llevarse el automotor con todo y el dueño, para luego exigir a sus familiares sumas de dinero a cambio de su libertad, volviéndose así un doble delito, que incluye secuestro.
«En ese año se presentaron bastantes casos en esta zona, pero se logró neutralizar, capturar a los cabecillas y ahora están en prisión. Los secuestros bajaron de manera significativa en Choloma, y allá esos raptos duraban 2-3 horas por mucho, pero con exigencia monetaria», añadió.
Otras víctimas recientes del secuestro por parte de estructuras criminales son los transportistas. «Esas son más que todo medidas de presión para atemorizar al sector transporte. Es decir, que si no pagan extorsión, no lo matan, pero lo llevan, amenazan y a través de él (la víctima) le envían el mensaje a los demás compañeros de que si no pagan, corren el riesgo. En el caso del transporte (el secuestro) está más orientado a la extorsión», indicó el experto.
Peligros de publicar en redes sociales
Una práctica común tras la desaparición o rapto de una persona, es realizar un aviso, en muchos casos a través de una publicación en las redes sociales, con la intención de que sí una persona ha visto a la víctima, informe a su familia a través de un número telefónico proporcionado por ellos mismos.
Sin embargo, el experto de la UNAS indicó que esta situación es bastante riesgosa y además peligrosa, debido a que así no se soluciona el problema y más bien puede aumentar el delito.
«De un 100% de los casos, un 98% no se informa nada de esta forma. En su mayoría, las llamadas que hacen (las personas que ven la publicación) son para decir que tienen a la víctima secuestrada y las cifras que piden no son arriba de 50 mil lempiras. Desde allí se detecta que no tienen que ver con el delito», es decir, que son farsantes, comentó.
Hace unas semanas, de la misma DPI indicaron que estafadores o extorsionadores ni siquiera tienen a la víctima en su poder, pero llaman al número que ven en el anuncio y se aprovechan de la desesperación de la familia para exigirles dinero.
«La ciudadanía debe saber que hacer eso (anuncios) es más lo que perjudica, que lo que puede ayudar, porque nadie va llamar para decir que lo vio en una calle», acotó.
Presiones sin dinero de por medio
El experto de la DPI indicó también que en Honduras se presentó durante el 2021 lo que se denomina un secuestro político. Es decir, la privación de libertad se realizó con la intensión de extorsionar a un candidato y hacerlo desistir de su aspiración política.
«En este caso secuestraron a un menor y le dijeron que su papá, que iba como candidato a alcalde, tenía que renunciar a la aspiración. Estos casos son muy raros y se presentan una vez en años», expuso. A la víctima la rescataron, atraparon a los captores y el padre no aspiró al cargo público por seguridad.
También, la fuente de la DPI contó que los raptos de las víctimas suelen suceder en diferentes lugares, dependiendo de la zona en que sea más vulnerable. Por ejemplo, en sus viviendas, negocios, calles, carreteras o caminos.
Autosecuestro
Otra manera en que las personas suelen extorsionar a sus familiares para poder obtener dinero de manera fácil y rápida es el autosecuestro. En este caso, los sospechosos solicitan cantidades de dinero más reducidas, que se deben entregar en un periodo reducido de tiempo.
El experto de la DPI explicó que, «con la reforma al Código Penal que entró en vigencia en junio del 2020, en el artículo 529 se establece la figura de simulación de infracción inexistente y es el delito que se le imputa a las personas que fingen cualquier delito, pero en el caso particular del secuestro se han imputado varios».
Asimismo, resaltó que en estos casos se hace el mismo proceso, es decir, se investiga, se moviliza equipo policial con el afán de rescatar la víctima, se emplean tácticas, logística.
«Hasta suelen ser más difíciles estos casos, porque es complicado buscar a una persona que ella misma se esconde. Los hemos encontrado en hoteles, hace poco uno estaba dormido debajo de un árbol y en una ocasión encontramos a un par de jóvenes paseando en un centro comercial», acotó.
Fingir un secuestro es un método que las personas usan en su mayoría para poder obtener dinero de parte de sus parientes, para así saldar deudas o compromisos que tienen.
Se paga con cárcel
El Código Penal de Honduras tipifica como un delito el secuestro con la finalidad de obtener dinero a cambio de la libertad de la víctima. Las penas establecidas en prisión para quien cometa esta infracción van desde los 4 a 40 años, dependiendo la gravedad o si la víctima muere en cautiverio.
Ante este escenario, la población debe ser muy cuidadosa con sus movimientos o acciones diarias. Se recomienda evitar el mal uso de las redes sociales, debido a que el más mínimo detalle personal puede conllevar a una privación ilegal de la libertad.