Redacción. Honduras es el segundo país con más embarazos tempranos de América Latina, solo por detrás de Guatemala, ya que se estima que unas 62 niñas y adolescentes dan a luz al día en el país centroamericano.
«El país ocupa el segundo lugar con las tasas más altas de embarazos en adolescentes y eso es preocupante porque en realidad las niñas y las adolescentes deberían estar jugando, estudiando, conformando un proyecto de vida que seguramente no es ser mamás tan jóvenes», dijo este viernes a EFE Regina Fonseca, del Centro de Derechos de Mujeres de Honduras, con motivo del Día Internacional de la Niña.
De acuerdo con los últimos informes de organizaciones feministas, más de 22 mil niñas y jóvenes entre los 10 y 18 años se convirtieron en madres en 2023. Es decir, unos 1886 casos al mes y 62 diarios.
Del total de partos atendidos en los centros hospitalarios del país, 1,009 corresponden a niñas entre los 10 y 14 años de edad. Mientras que 21,389 son de jóvenes de 15 a 18 años.
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Por otra parte, Fonseca explicó que la mayoría de estos embarazos, especialmente en niñas de 10 a 14 años, son producto de la violencia sexual que sufren dentro de sus hogares o comunidades.
Además, considera que la educación sexual integrada, que se debería inculcar tanto en los colegios como en el seno familiar, es la herramienta más efectiva para prevenir la maternidad temprana.
Agregó que el gobierno debe «poner mano» para acabar con la impunidad que rodea al 94 % de las violaciones sexuales en el país, donde el 76% de las víctimas son niñas.
Reproducción de la pobreza
Los embarazos tempranos en Honduras, donde mantener relaciones sexuales con menores de 14 años es delito de violación, «marcan la vida» de niñas y adolescentes, y reproducen «el círculo de la pobreza», lo que las impulsa a trabajar en el sector informal, afirmó la activista.
«Estas niñas van a seguir reproduciendo la pobreza y la miseria de sus hogares y no van a poder enfrentar con madurez, lo que implica maternar», enfatizó Fonseca. A su vez, lamentó que en Honduras hay «muy poco interés» por parte del Estado para proteger a las niñas y adolescentes.
La activista afirmó que una ley que ayudaría a prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género en Honduras, un país marcado por el machismo, «sigue durmiendo el sueño de los justos», casi dos años después de haber sido presentada ante el Parlamento, sin que siquiera se llegue a discutir.