TEGUCIGALPA, HONDURAS. Como un hombre de familia, abnegado y amoroso, además de un excelente empleado y ser humano, recuerdan a Jean Carlos Oyuela, una de las víctimas de la fatídica masacre suscitada ayer, lunes, en la aldea La Cañada del Distrito Central.
Oyuela de 31 años, laboraba en la actualidad como paramédico del Sistema Nacional de Emergencia 911 en Tegucigalpa y su muerte ha dejado un gran vacío y luto entre los colaboradores de la institución, quienes también claman por justicia.
Sus restos mortales llegaron este martes hasta las instalaciones del 911, donde sus compañeros lo despidieron entre aplausos y recordándolo como un ser humano extraordinario. Luego, lo trasladaron hasta San Lorenzo, Valle, al sur de Honduras, para su cristiana sepultura.
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Un legado y eterno recuerdo
Francia Reyes, portavoz del Sistema Nacional de Emergencia 911, indicó a Diario Tiempo que su compañero Jean Carlos Oyuela ingresó a trabajar en la institución el 19 de enero del 2024 y fue uno de los primeros paramédicos que se contrataron.
Del mismo modo, resaltó que, «con apenas de 30 años de edad, era muy responsable, dedicado y entregado a su trabajo. Aun después de largos turnos nocturnos de 12 horas, siempre tenía una sonrisa para los demás».
También, Francia comentó que era un gran compañero, y estaba siempre al pendiente de cada uno de los que consideraba como sus hermanos de grupo.
«Andaba pendiente si estaban bien de ánimo, si tenían algún problema de cualquier índole. Y le encantaba ajustar con «coperacha» para el arroz chino y así asegurarse de que todos comieran», agregó la portavoz.
Según Reyes, Jean Carlos nunca se negó a colaborar. En el 911 realizan una serie de actividades que involucran a los paramédicos, y no solo son las que dan respuesta a emergencias, sino en acompañamiento a maratones, brigadas médicas y desastres naturales, y él siempre estaba dispuesto.
Padre, esposo e hijo
Jean Carlos estaba casado y era padre de dos menores, además destacó por ser un hombre de familia, amoroso y cuidadoso de sus más grandes tesoros.
En ese sentido, su compañera Francia indicó que, «como esposo y padre de familia, era responsable y amoroso. Tenía una relación estable, llena de amor al lado del amor de su vida y sus bellos retoños».
El féretro llegó esta mañana a las instalaciones del 911, donde el personal administrativo, operativo y los integrantes de la Comisión Interventora le rindieron homenaje, recordando el excelente elemento que fue, además de un ejemplo de lo que un servidor público debe ser, servir a los demás.
Jean Carlos dejó una huella imborrable en su centro de trabajo y a pesar de lamentar su muerte, lo recuerdan de la mejor manera y han pedido a Dios por un descanso eterno y en paz.