Redacción. El Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo alcanzaron este martes un acuerdo provisional que concede un año adicional a las empresas para adaptarse al Reglamento de la UE sobre deforestación (EUDR).
De acuerdo con el pacto, que aún debe ser aprobado formalmente por ambas instituciones, las grandes empresas y comerciantes deberán cumplir con la normativa a partir del 30 de diciembre de 2025, mientras que las micro y pequeñas empresas tendrán plazo hasta el 30 de junio de 2026.
El aplazamiento, según la Comisión Europea, permitirá una aplicación «adecuada y eficaz» del reglamento, preservando su integridad y asegurando que los operadores dispongan del tiempo necesario para implementar los cambios.
La UE señala que ese período adicional es una solución equilibrada para garantizar una implementación fluida desde el principio.
Productos afectados por la ley
La normativa exige a las empresas que comercialicen o exporten desde la UE productos como:
- Aceite de palma.
- Ganado.
- Soja.
- Café.
- Cacao.
- Madera.
- Caucho.
Igualmente, recomienda algunos de sus derivados (como carne de vacuno, muebles o chocolate), que certifiquen su origen sostenible. Esto implica registrar declaraciones de diligencia debida y utilizar plataformas que rastreen el origen de los productos.
El sistema de información necesario para estas declaraciones comenzará a operar este miércoles, y las herramientas de clasificación de riesgos estarán disponibles al menos seis meses antes de la entrada en vigor de la normativa.
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Exenciones a partir de 2028
A partir de ese año, los países que demuestren una gestión forestal sostenible y que no contribuyan a la deforestación podrán beneficiarse de exenciones, eliminando trámites burocráticos innecesarios.
La medida llega en un momento crítico. Según la FAO, entre 1990 y 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas de bosque, una superficie mayor que la de toda la Unión Europea.
Además, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que un 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.
El reglamento, que entró en vigor en junio, estaba inicialmente previsto para aplicarse a finales de 2024. Sin embargo, los Estados miembros, operadores y países exportadores habían expresado preocupaciones sobre su viabilidad en ese plazo.