Redacción. El presidente Donald Trump firmó este miércoles una orden ejecutiva para imponer un arancel del 50 % a todas las importaciones provenientes de Brasil, uno de los mayores países exportadores de América Latina.
La medida se fundamenta en una emergencia económica declarada bajo una ley estadounidense de 1977, basada en las políticas del gobierno brasileño y en el proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro.

La administración Trump justificó esta acción señalando que las autoridades brasileñas han emprendido una persecución política contra Bolsonaro y sus seguidores, además de implementar medidas que violan los derechos humanos y la libertad de expresión.
En particular, se acusa al juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, de utilizar su cargo para censurar opositores. También se le imputa procesar a ciudadanos y residentes estadounidenses.
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Según el gobierno estadounidense, desde 2019, de Moraes ha emitido centenares de órdenes para censurar a críticos políticos, impuesto multas y congelado activos de compañías estadounidenses en Brasil.
Esta situación, según la Casa Blanca, afecta directamente a las empresas tecnológicas estadounidenses, que están presionadas para modificar sus políticas de contenido y entregar datos sensibles de usuarios.
Además, Washington considera que estas prácticas ponen en riesgo las operaciones comerciales, la defensa de elecciones libres y los derechos fundamentales.
Implementación de aranceles
La orden ejecutiva establece que los aranceles entrarán en vigor en un plazo de siete días. Sin embargo, excluye ciertas exportaciones importantes como aviones, jugo de naranja y productos energéticos.
Esta medida se suma a una serie de acciones diplomáticas. Entre ellas está la revocación de visas estadounidenses a de Moraes, otros jueces del Supremo Tribunal y sus familiares. Esto, siguiendo la política de “America First”, que prioriza los intereses y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.
La imposición de estos aranceles sigue a una amenaza que Trump había hecho el 9 de julio en una carta al presidente brasileño Lula da Silva.

Aunque inicialmente se fundamentó en desequilibrios comerciales, datos recientes muestran que Estados Unidos tuvo un superávit de 6,800 millones de dólares con Brasil el año pasado.
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Estas medidas intensifican las tensiones comerciales y diplomáticas entre Estados Unidos y Brasil. Esto ocurre en un momento delicado, marcado por debates sobre censura, control de redes digitales y derechos civiles y políticos en ambos países.
La Casa Blanca subraya que el uso de aranceles es parte de su estrategia para proteger la soberanía, la economía y los principios democráticos estadounidenses. Esta medida busca defenderse frente a amenazas externas.