AFP. Donald Trump prevé declarar el estado de emergencia nacional y recurrir al ejército para llevar a cabo una deportación masiva de migrantes cuando asuma la presidencia de Estados Unidos en enero, una de las principales promesas de su campaña.
El magnate republicano de 78 años califica de «invasión» la entrada de migrantes sin visa por la frontera con México.
Los acusa de envenenar «la sangre» e «infectar» Estados Unidos, de comer mascotas, de ser «asesinos» y «salvajes», entre otros calificativos despectivos extremos.
Para «liberar» el país proyecta «la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos» en cuanto asuma el cargo el 20 de enero.
Tom Fitton, director de Judicial Watch, afirmó que la próxima administración de Donald Trump planea declarar estado de emergencia nacional y usar recursos militares para expulsiones masivas. Fitton acusó a Joe Biden de permitir una «invasión». Trump respondió al mensaje en Truth Social con un: «¡Es verdad!».
En abril, Trump declaró que la guardia nacional, un cuerpo militar, «debería ser capaz» de hacerse cargo de las deportaciones. «Si no es así, utilizaría el ejército», es decir, las tropas federales, declaró a Time.
No es tema nuevo
La administración de Biden echó a más de cuatro millones, «combinando deportaciones con expulsiones y otras acciones para bloquear la entrada de migrantes», según un informe del Instituto de Políticas Migratorias (MPI), con sede en Washington.
Pero el republicano tiene previsto llegar mucho más lejos y, aunque se desconocen los detalles de sus planes, ha dado pinceladas.
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Mano dura
Promete invocar la ley de enemigos extranjeros de 1798, sellar la frontera con México, retomar la construcción del muro fronterizo y contratar 10.000 agentes.
Intentará resucitar el programa Quédate en México, para que los migrantes esperen el desenlace del proceso migratorio del otro lado de la frontera, prohibir las ciudades santuario, que los protege de la expulsión, y suprimirles «todos los beneficios federales y de asistencia social».