Redacción. Bajo estrictas medidas de seguridad, el general en retiro Romeo Vásquez Velásquez, junto con los exmilitares Venancio Cervantes Suazo y Carlos Roberto Puerto Fúnez, fueron trasladados al Centro Penitenciario de Támara, en Francisco Morazán.
El operativo de traslado se llevó a cabo con la unidad especial conocida como Black Mamba, escoltada por varias patrullas de seguridad. Vásquez Velásquez, quien mostró una actitud relajada durante el proceso, incluso hizo gestos de serenidad levantando el pulgar y sonriendo frente a las cámaras de los medios de comunicación.
Este traslado tuvo un cambio de último momento, ya que inicialmente se había previsto enviar a los acusados al Primer Batallón de Infantería.
Previo a su ingreso a la prisión, Vásquez Velásquez calificó los procedimientos legales en su contra como una “persecución política” y lanzó un mensaje al pueblo hondureño.
«El pueblo debe estar convencido de que estamos frente a una dictadura. No podemos permitir que siga fortaleciéndose» , expresó.
Los tres acusados permanecerán recluidos en la penitenciaría de Támara a la espera de su audiencia inicial, programada para el viernes 10 de enero a las 10:00 de la mañana.
Captura
Ayer domingo, las autoridades hondureñas llevaron a cabo la captura de los tres exmiembros de alto rango de las Fuerzas Armadas. El operativo estuvo coordinado entre la Policía Nacional y el Ministerio Público, y tuvo lugar en Tegucigalpa y La Paz.
El secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, confirmó las capturas a través de sus redes sociales, señalando que el Ministerio Público había emitido órdenes de aprehensión como parte de las investigaciones relacionadas con los eventos de 2009. Las detenciones se produjeron bajo un ambiente de tensión política y social, dado que Vásquez Velásquez sigue siendo una figura polarizante en Honduras.
Caso Isis Obed
El 5 de julio de 2009, Isis Obed Murillo, de 19 años, se encontraba entre los manifestantes que esperaban el regreso del expresidente Manuel Zelaya, expulsado del país días antes en un avión militar. La concentración pacífica en las cercanías del aeropuerto derivó en una intervención militar que terminó en tragedia.
Según el Ministerio Público, miembros de las Fuerzas Armadas abrieron fuego de manera indiscriminada con fusiles M16. De esa manera, causaron la muerte de Murillo por un disparo en la cabeza y dejando gravemente herido a Alex Zavala. Estas acciones se han calificado como un uso excesivo de la fuerza, lo que ha llevado a múltiples denuncias a nivel nacional e internacional.
El contexto de estos hechos se inscribe en un período de profunda crisis política en Honduras, marcado por el golpe de Estado que derrocó al presidente Zelaya el 28 de junio de 2009. En ese entonces, Vásquez Velásquez dirigió las acciones militares que culminaron con la captura del mandatario, expulsado del país en plena madrugada. Los siguientes días estuvieron cargados de protestas masivas, represión militar y denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, la controversia persiste en torno al origen del disparo que acabó con la vida de Murillo. Los exmilitares aseguran que la bala que lo mató no provino de un arma militar. “Nos están metiendo presos siendo inocentes, todo el pueblo sabe que esa situación del 2009 está relacionada con funciones abajo, que no se sabe. La Fiscalía no ha podido demostrar que fue un fusil militar el que disparó a Isis Obed”, expresó Romeo Vásquez tras su captura.