Redacción. Cantos, tradición y alegría adornaron las posadas navideñas celebradas en el departamento de Copán Ruinas, una fiesta que une a niños, adultos y familias enteras en un ambiente de fe y devoción.
Con velas encendidas, cantos llenos de esperanza y un profundo sentido de comunidad, las calles se llenaron de vida mientras los participantes recrean el peregrinaje de María y José en busca de posada.
Esta tradición, que mezcla devoción religiosa y cultura popular, ilumina no solo los hogares, sino también los corazones de quienes participan, reforzando los lazos comunitarios en esta época especial.
La actividad organizada por la Parroquia San José Obrero, recuerda el verdadero significado de estas especiales fechas.
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La caminata dejó bellas postales, con participantes de todas las edades que se sumaron a las actividades con entusiasmo.
En un despliegue de creatividad y tradición, los niños de Copán, disfrazados de pastores, ángeles y los mismísimos José y María, llevaron la esencia de la Navidad por todo el municipio. Sus voces resonaron con villancicos que llenaron de alegría y devoción cada rincón.
Asimismo, la calidez de las familias anfitrionas llenó el ambiente, culminando cada noche con la alegría compartida de los bocadillos tradicionales: tamales recién hechos. Además, buñuelos bañados en miel y tazas humeantes de chocolate caliente que reconfortaban tanto el cuerpo como el espíritu.
Cierre
La Municipalidad dio un toque especial al final de las posadas con una celebración llena de alegría para los niños, incluyendo piñatas y dulces.
De esta manera, las posadas en Copán Ruinas trascienden lo religioso, consolidándose como una tradición que conecta corazones y que, año tras año, deja una profunda impresión en todos aquellos que forman parte de esta emotiva celebración.