TEGUCIGAPA, HONDURAS. El empleo informal se convirtió en una de las salidas que han encontrado los hondureños ante la falta de oportunidades laborales y de acuerdo al presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT), Rafael Medina, al menos 2.4 millones de compatriotas se dedican a esta modalidad.
Se le denomina empleo informal a la actividad laboral de quienes trabajan y perciben ingresos al margen del control tributario del Estado y de las disposiciones legales en materia laboral.
En este sentido, se refiere a los trabajadores independientes, los vendedores ambulantes, las trabajadoras de servicio doméstico, los limpiavidrios, entre otros.
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En el 2020, un informe publicado por el Banco Mundial (BM) determinó que en Honduras el 58 % de los empleados trabaja de manera informal.
Sin embargo, este número podría haber aumentado con el paso de la pandemia del COVID-19 en el país y de los fenómenos naturales Eta e Iota.
Impacto en la economía de Honduras
El docente de economía e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Sergio Zepeda, manifestó que el mayor impacto de este tipo de negocio se refleja en la finanzas del Estado.
“El mayor impacto que tiene, porque recordemos que un negocio o una persona informal no tiende a pagar impuestos, y desde el punto de vista de la actividad económica, eso tiende a repercutir mucho en el Estado”, indicó.
Agregó que se debe a la falta de formalidad que esta economía les permite evadir los pagos tributarios que realizan las compañías que sí están legalizadas como lo establece la normativa hondureña.
“No se captan esos ingresos o ese porcentaje de los ingresos que las empresas constituidas de esta manera deberían de pagar”, explicó el economista.
De igual manera, Zepeda manifestó que el trabajo informal tiene un impacto directo en los empleados, ya que no cuentan con los derechos que el Código del Trabajo establece.
“No cuentan con los beneficios de ley como el seguro social, el pago de prestaciones laborales, vacaciones, entre otras”, enumeró.
Camino a la formalidad
El economista explicó que el paso a la formalidad de este rubro se ve afectado por los trámites que se necesitan para lograrlo.
“Realmente las personas al momento de formalizar se ven más afectados, por todos los trámites que hay, específicamente porque ya una vez formalizados muchas de estas no pueden sobrevivir”, manifestó Zepeda.
Asimismo, explicó que las personas que se dedican al comercio informal han encontrado una manera de sobrevivir sin la necesidad de estar reglamentados por las normas mercantiles hondureñas.
“Al momento de formalizarse, ya no existen incentivos. La supervivencia en el mercado no va a ser mejor y eso genera realmente un problema con este tipo de personas”, destacó el investigador de la UNAH.
De igual manera, Zepeda manifestó que la informalidad no les garantiza una permanencia mayor en el mercado. “Principalmente por todos los riesgos a los cuales se tienen a exponer, pero les permite al menos poder sobrevivir un tiempo mayor a aquellas empresas que tienden a formalizarse”, añadió.
Asimismo, el economista explicó que a medida se creen las condiciones que les permitan a estas empresas informales sobrevivir en el mercado, mayores beneficios tendrá el país.
“A medida que el gobierno, la empresa privada y demás instituciones involucradas tiendan a generar, realmente, las condiciones necesarias para que la empresas opten a la formalización mejor va a ser”, destacó.
Permiso de operaciones
De acuerdo a la página oficial de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) los hondureños deben de cumplir más de 10 requisitos para solicitar su permiso de operaciones por primera vez.
Sin embargo, para cumplirlos deben realizar otros trámites y solicitar su integración al Registro Nacional Tributario Numérico.
Entre los pasos se encuentra la fotocopia de identidad del representante legal de la empresa, una fotocopia de la Solvencia Municipal y fotocopia de RTN, si es una sociedad.
El economista manifestó que uno de los incentivos que se les puede otorgar a estos empleados informales es un sistema de creación más eficiente. “En caso de que existan los incentivos para que ellos puedan formalizarse, la mayoría estaría en ellos”, indicó Zepeda.
En este sentido, el investigador de la máxima casa de estudios explicó que en el proceso de constitución de empresas existen muchas “trabas”. “Tienen miedo que al formalizarse sus actividades pierdan en el mercado en el que se encuentren”.
Impuesto Sobre la Renta
Según el Código Mercantil de Honduras, las empresas formales deben de presentar mensualmente una declaración jurada de ventas al Estado. La tasa general del impuesto es del 15 % al 18 % dependiendo de rubro al que se dedique.
Al no estar debidamente registrados, los hondureños que se dedican a laborar de manera informal no aportan esta obligación tributaria.
Zepeda explicó que los comerciantes de este rubro se ven afectados directamente al pasar a la formalidad debido al pago de impuestos al Estado.
“Realmente como son negocios informales no tienden a pagar impuestos, cuando ven ellos que tienen que pagar determinado porcentaje de acuerdo tasas impositivas, ya ese incentivo se vuelve negativo”, manifestó.
Exclusión
El investigador de la UNAH manifestó que muchas de las personas que se dedican al comercio informal tienen bajos niveles educativos. “Bien o mal, el sector informal es uno de los mayores empleadores en el país, principalmente por las condiciones en que se generan”.
De igual manera, Zepeda explicó que muchas personas que han sido excluidas por el sector formal optan por esta vía de empleo. “No se ven posibilitados a optar por un empleo formal, ya sea por exclusión de género, exclusión por alguna incapacidad o invalidez. Lo mismo pasa en el caso de los adultos mayores”, expresó.
Préstamos para trabajadores informales
Zepeda explicó que se podría crear las condiciones para que los trabajadores informales tengan acceso a fondos financieros que les permitan alcanzar la formalidad.
“Principalmente a través del crédito bancario, es decir, a que ellos pueden optar a préstamos”, indicó el investigador.
Sin embargo, el economista explicó que los préstamos necesitan tener una garantía que respalde el pago y muchos de los comerciantes informales no cuentan con una. “Tienen a optar por otro tipo de prestamista, que tienden a limitar la inversión que ellos generan”.
De acuerdo con el economista hondureño, no es posible mantener un dato exacto de cuántos compatriotas se dedican al comercio informal. De igual manera, manifestó que fenómenos como la pandemia han aumentado los niveles en el país.
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