Redacción. Miles de trabajadores humanitarios estadounidenses en todo el mundo culminaron sus labores de manera repentina después de una orden gubernamental, poniendo fin a la misión de seis décadas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
Esta acción ha generado preocupación y controversia, afectando proyectos y programas en más de 100 países.
Usaid, la principal agencia del gobierno federal encargada de entregar ayuda humanitaria, ha sido una de las más afectadas por esta medida. La orden, que implica la congelación de gastos y el despido de personal, ha dejado a muchos trabajadores humanitarios sin comunicación y con incertidumbre sobre su futuro.
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Temor
A pesar de las garantías del gobierno de que los trabajadores serían repatriados de manera segura, muchos temen quedar varados en el extranjero y tener que regresar a casa por sus propios medios. La situación se agrava por la falta de comunicación, ya que muchos trabajadores se encuentran sin acceso a correo electrónico ni comunicaciones de emergencia con su propio gobierno.
La orden ha tenido un impacto significativo en proyectos y programas en todo el mundo, incluyendo asistencia en materia de seguridad para Ucrania, así como trabajos de desarrollo en agua potable, capacitación laboral y educación en 120 países.
Los despedidos alcanzaron a miles de personas. Además, varios programas clausuraron sus actividades, afectando a comunidades que dependen de la ayuda humanitaria estadounidense. Esta decisión ha generado críticas y preocupación, ya que Estados Unidos es el mayor donante humanitario del mundo.
La suspensión de la ayuda y el cierre de programas tienen consecuencias negativas para millones de personas en todo el mundo. Esto, especialmente en países en desarrollo que dependen de la asistencia estadounidense para su bienestar y desarrollo.
La orden gubernamental ha generado incertidumbre y preocupación entre los trabajadores humanitarios, quienes se enfrentan a decisiones difíciles. La falta de tiempo y recursos ha dificultado la transición para muchos, generando estrés y ansiedad en un momento ya de por sí difícil.
