Redacción. En el tranquilo asilo de ancianos The Mulberry, ubicado en Waverly, Nebraska, los trabajadores del personal se encontraron ante una situación que jamás hubieran imaginado.
El lunes por la mañana, a las 9:44 a.m., declararon muerta a Constance Glantz, una residente de 74 años que se encontraba en cuidados paliativos. Sin embargo, lo que parecía ser un procedimiento rutinario en el último paso de la vida de Glantz, pronto se convertiría en una historia que desafiaba la lógica y las normas establecidas.
Tras ser declarada muerta, el supuesto cuerpo sin vida de Glantz fue trasladado a la funeraria Butherus-Maser & Love en Lincoln. Allí, a eso de las 11:45 a.m., dos horas después de su presunta muerte, un empleado de la funeraria notó algo insólito mientras preparaban el cuerpo para el proceso fúnebre: Glantz estaba respirando.
La noticia dejó atónitos a todos los presentes y la reacción inmediata fue llamar al 911 para solicitar ayuda urgente. “Este es un caso muy inusual. He estado haciendo esto durante 31 años y nada como esto había llegado a este punto antes”, dijo el jefe adjunto del sheriff del condado de Lancaster, Ben Houchin, en una conferencia de prensa posterior.
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Reanimación y traslado al hospital
La rápida acción de los empleados de la funeraria resultó crucial para la supervivencia de Glantz. Los servicios de emergencia de Lincoln llegaron rápidamente al lugar, incluyendo la Policía y el Departamento de Bomberos y Rescate. Glantz fue trasladada a un hospital local donde, increíblemente, seguía con vida. La noticia conmocionó a la comunidad y puso en marcha una serie de interrogantes sobre cómo pudo ocurrir tal error.
Aunque estaba bajo cuidados paliativos y su muerte parecía inminente, los protocolos claramente fallaron en este caso. El jefe adjunto Houchin señaló que no se había encontrado ninguna intención criminal por parte del asilo, pero la investigación continuaba para determinar las causas exactas del incidente.
Aún desconocen cuántas personas habían visto a Glantz entre su supuesta muerte y el momento en que la vieron respirando en la mesa de una funeraria. Hasta el momento, las autoridades tampoco lograron clarificar cuántas personas estuvieron involucradas en el transporte del cuerpo de la señora desde el hogar de ancianos hasta la funeraria. No obstante, se sabe que al menos una enfermera estuvo presente con la mujer cuando se realizó la declaración de su muerte.
Mientras la investigación seguía su curso, las miradas se centraban en el asilo de ancianos y los protocolos que habían llevado a este error. “En este momento no hemos podido encontrar ninguna intención criminal por parte del asilo de ancianos, pero la investigación está en curso”, afirmó Houchin.
La familia de Glantz, ya informada de la situación, espera ansiosa por respuestas claras y acciones correctivas que evitaran que algo así volviera a suceder.
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