Tegucigalpa. A dos meses de que termine la vigencia del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), los hondureños beneficiados por este programa se sienten desamparados y solos, a la espera de que el gobierno estadounidense de Donald Trump pueda ampliarlo nuevamente.
El beneficio que desde 1999 ha otorgado estabilidad a más de 50 mil hondureños está en la cuerda floja por segunda vez durante el mandato de Trump.
En 2018, la administración del expresidente intentó cancelar el programa. Esta decisión fue bloqueada temporalmente por demandas judiciales, permitiendo que el estatus se mantuviera activo por varios años mientras se resolvían los litigios.
Sin embargo, el actual gobierno hondureño ha mantenido una relación distante con Estados Unidos, lo que le ha valido ser excluido de visitas de funcionarios como Marco Rubio, secretario de Estado designado para las relaciones con Latinoamérica.
En junio de 2023, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), durante el gobierno del presidente Joe Biden, extendió la protección hasta el 5 de julio de 2025. Sin embargo, en cada extensión, las negociaciones comienzan al menos dos meses antes, y no se ha observado un acercamiento entre ambos gobiernos.
Los hondureños temen que el futuro del TPS sea similar al que enfrentaron más de 350 mil ciudadanos de Haití y Venezuela, a quienes Trump, hace algunos días, les suspendió el beneficio, quedando expuestos a una deportación.
Temor y estabilidad
Juan Flores, titular de la Fundación 15 de Septiembre, dijo a Diario TIEMPO que el gobierno actual teme discutir temas migratorios con Trump, con lo que deja abandonados a los migrantes hondureños.
“Nos preocupa, no vemos acercamiento del gobierno de Honduras con los grupos organizados de migrantes para poder abordar estratégicamente este tema de la renovación o reasignación del TPS”, comenzó diciendo Flores.
Agregó: “no hemos visto esfuerzos visibles con la administración de Donald Trump. El gobierno, más bien, está evadiendo poner este tema públicamente porque sentimos que están tratando de no interrumpir a la administración de Trump, ni irritarlo hablando de estos temas de migración. No quieren molestarlo porque podrían verse afectadas algunas negociaciones que tienen bajo la mesa, en este contexto político-electoral”.
Flores detalló que a muchos hondureños sus empleadores ya les están pidiendo mostrar el permiso de trabajo, el cual solo pueden tener vigente bajo el TPS.
“El TPS es una herramienta que nos da estabilidad laboral, seguridad emocional y psicológica, porque ahora están en vilo y preocupados, ya que quedan en orden de deportación”, explicó. Al mismo tiempo, afirmó que el beneficio les permite renovar la licencia de conducir y obtener un seguro médico, lo cual, de no renovarse, perjudicaría fuertemente a estos beneficiarios y al país.
“La comunidad se siente frustrada e indignada. Nosotros somos abanderados de esta causa, no vemos al gobierno involucrado, nunca se reunió, es que no les interesó. Dejaron esta lucha a las espaldas de la Fundación 15 de Septiembre. La no renovación sería un revés político; están preocupados en ese aspecto”, concluyó.
Amigos de los enemigos
Itsmania Platero, experta en temas migratorios, afirmó que el distanciamiento de Honduras con Estados Unidos se basa en contradicciones en las políticas internacionales, lo cual repercute en los acuerdos.
“Trump no tuvo contemplaciones con los tepesianos en 2018, no le importaba. No es de extrañar que pueda pasar lo mismo en este periodo, cuando las leyes son más duras y no se ha visto a Honduras como un país colaborador”, manifestó a este medio.
Asimismo, señaló que Estados Unidos se ha aliado con distintos países del mundo, mientras Honduras ha suscrito relaciones con sus “enemigos”.
“Honduras está aliada con los enemigos de Trump. No hay un acercamiento, porque el camino está allanado con contradicciones en vez de tener una relación que pueda fortalecerse y atender las causas estructurales”, afirmó.
Platero detalló que no renovar el TPS tendría un impacto económico importante primero en Estados Unidos, porque los beneficiarios son parte activa de la economía y, si son retornados a Honduras, no tendrían oportunidad para comenzar de nuevo.
Finalizó indicando que diferentes países de la región tienen avances en sus relaciones con Estados Unidos, pero Honduras ha sido excluida.
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Sin claridad
Graco Pérez, experto en derecho internacional, afirmó que no hay un panorama claro para la renovación del TPS.
“El mejor escenario es que se apruebe una extensión, y el peor es que se elimine, o bien que se extienda por un periodo corto… Hay mucha incertidumbre sobre lo que pueda pasar. El panorama no es claro. Ojalá se pueda extender, pero las posiciones de Honduras no han sido firmes frente a Estados Unidos. La realidad es lo que determinará si el TPS continúa”, declaró.
Sin embargo, considera que hay una alta probabilidad de que ocurra lo mismo que con los beneficiarios venezolanos. Recordó que el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, no visitó Honduras ni Nicaragua en su reciente gira por la región, lo que deja entrever que en estos países estaría finalizando el TPS el próximo 5 de julio.
Concluyó señalando que las organizaciones de hondureños hacen más lobby en EE. UU. que el propio gobierno.
Confianza
El Gobierno de Honduras mantiene buenas expectativas ante la posible renovación del TPS y afirma que tienen más de dos meses trabajando en el tema.
«Tenemos buenas expectativas sobre esta temática de la renovación del Estatus de Protección Temporal para los más de 55 mil hondureños en Estados Unidos«, declaró Wilson Paz, titular del Instituto Nacional de Migración (INM).
El funcionario explicó que han estado trabajando activamente desde hace dos meses en gestiones diplomáticas. Las acciones las ha liderado el canciller Enrique Reina, el embajador en Washington y la propia presidenta Xiomara Castro, según manifestó.
«Hemos hecho una labor a través de las líneas diplomáticas de alto nivel. Cada acción coordinada con Estados Unidos es positiva y esperamos que se retribuya con la ampliación del TPS», afirmó.
Cautelosamente optimistas
El vicecanciller Antonio García afirmó que están cautelosamente optimistas de que hoy lunes habrá noticias positivas sobre el TPS por las “buenas relaciones” que tienen con la administración de Donald Trump.
“Este gobierno ha estado trabajando de manera intensa y silenciosa los últimos meses, con la administración de Biden y la actual, abogando en todos los niveles y reuniones respecto a una extensión del TPS para Honduras. Les hemos dicho que para nosotros es importante y que veríamos con buenos ojos una extensión, y sería un acto amigable de su parte”, manifestó.
El funcionario indicó que, basado en el trabajo y las distintas situaciones, “con la administración de Trump estamos cautelosamente optimistas de que tendremos buenas noticias”. A la vez, expuso que la cooperación en el regreso de distintos migrantes a sus países podría ser una de las bases para acceder a la extensión del TPS.
“Hemos tenido buenas relaciones que tenemos actualmente y hemos dado cooperación en materia migratoria. Hemos ayudado a repatriar a venezolanos vía Honduras, somos un puente humanitario. La cooperación es completa, y están satisfechos con nosotros. Dado el buen clima, estamos cautelosamente optimistas. Esperamos que sea una decisión positiva”, concluyó.
La renovación del TPS es clave para miles de hondureños en EE. UU., pero la postura en algunas políticas del gobierno de Honduras genera incertidumbre y preocupación en la comunidad migrante, que no ve un panorama claro sobre su futuro.