Redacción. La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco), por medio del Centro de Estudios Atmosféricos Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), informó a la población hondureña que la tormenta tropical Beryl ya no tiene ninguna influencia sobre el territorio nacional.
El fenómeno lluvioso actualmente se encuentra aproximadamente a 635 kilómetros (km) de la punta del Motagua, Honduras, y también ha salido de la península de Yucatán, México.
Esta tormenta avanza con vientos máximos de 100 km/h y con velocidad de 24 km/h en dirección al oeste-noroeste. Se espera que se fortalezca a medida que se mueva sobre el golfo de ese país norteamericano, continuando su desplazamiento hacia el noroeste.
Ante la continuidad de Berly, Copeco seguirá con el monitoreo de las lluvias de la temporada y de otros fenómenos lluviosos que se puedan formar producto de la temporada ciclónica en el Atlántico y el Pacífico.
Degradación de la Tormenta Berly
Beryl se degradó este viernes a tormenta tropical tras tocar tierra como huracán en la turística Riviera Maya de México, donde dejó únicamente daños materiales, reportaron las autoridades.
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El impacto del fenómeno natural ocurrió a eso de las 5 de la mañana de este día en el centro de México, con vientos de 175 km/hora que produjeron caída de árboles, postes y daños en techos de edificios. Además de cortes de electricidad en al menos tres municipios del estado de Quintana Roo (sureste).
“Al parecer no hay pérdidas de vidas, que es lo que más nos importa”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su habitual conferencia matinal.
Rumbo a Estados Unidos
El ciclón, sin embargo, ya no golpearía el territorio mexicano, pues su trayectoria se desvió al noreste y volvería a tocar tierra como huracán en la costa de Texas, Estados Unidos.
Cientos de turistas fueron evacuados en la región y las autoridades pidieron a la población que se resguarde en zonas altas. Beryl es el primer huracán de la temporada del Atlántico que va de principios de junio a finales de noviembre, e impresionó a los expertos por la intensidad que adquirió.
A su paso por el Caribe dejó al menos siete muertos: tres en Granada, donde el fenómeno tocó tierra el lunes; uno en San Vicente y las Granadinas y tres en Venezuela, según autoridades locales.