FLORIDA, Estados Unidos. – La ciudad de Miami despertó este sábado con fuertes vientos, lluvias y marejada que advierten de la cercanía del huracán Irma. Por tal razón, las autoridades de la ciudad declararon el toque de queda.
La orden entró en vigencia desde las 7:00 de la noche de este sábado, mientras que en Miami Beach la medida inició una hora más tarde. Con esta disposición, aquellas personas que estén en la calle serán detenidas e interrogadas por las fuerzas de seguridad.
El toque de queda se mantendrá en vigencia hasta las 7:00 de la mañana hora local. Por su parte, el resto de los condados en el sur de la Florida han decretado la medida por tiempo indefinido.
El Centro Nacional de Huracanes confirmó en su último boletín que Irma está a 80 kilómetros de Varadero, Cuba. Esto es a 185 kilómetros de Key West, Florida, con vientos sostenidos de 201 kilómetros por hora.
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A pocas horas de la llegada del huracán Irma
Las últimas proyecciones alejan al huracán de la zona más poblada del sur del estado. Pero eso significa también que el sistema descargará sus vientos más potentes sobre el condado de Miami-Dade.
Antes de llegar a Miami, el huracán Irma avanzó desde el Caribe con vientos sostenidos de 200 kilómetros por hora. Anteriormente golpeó con violencia varias de las islas de la zona y dejó a su paso 19 muertos.
Hasta el mediodía del sábado, unos 6.3 millones de personas habían recibido la orden de evacuar sus lugares de residencia. Una cifra que equivale al 30 por ciento de la población del estado.
Del mismo modo, más de 54 mil personas permanecen en refugios.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, recordó a la población el peligro que representa el huracán Irma. El mandatario urgió a las personas salir de la trayectoria de la tempestad siguiendo las instrucciones de las autoridades.
«Esta es una tormenta de un enorme poder destructivo, pido a todos los que están en la trayectoria de la tormenta que hagan caso de todas las instrucciones de los funcionarios del Gobierno», dijo el presidente al inicio de una reunión con su gabinete en Camp David, Maryland.
