Top cinco de los más grandes «fracasos» de la industria

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Autos fracasos

El sitio especializado Auto Test realizó un muy interesante repaso de los fracasos más resonantes de la industria automotriz occidental, y acá los repasamos para entender que no todo lo que plantean las marcas seducen al público. En este caso, fue más bien todo lo contrario.

Tucker (1948)

Diseñado por el innovador Preston Tucker (1903-1956), el 48 vino con numerosas características de seguridad y desarrollos técnicos. Tenía una lámpara central giratoria para dar iluminación direccional, parabrisas de seguridad, frenos a disco y un motor de seis cilindros montado en la parte trasera.

Muchos se sintieron atraídos por los rasgos del Tucker, pero la iniciativa cayó por varias razones. Un lanzamiento público mal planificado generó malas críticas en la prensa y luego hubo una investigación sobre un presunto fraude en torno a la financiación de la empresa.

Ford Edsel (1958)

Las tendencias del mercado en aquellos años llevaron a Ford a la creación de la marca Edsel como un competidor de nivel medio para los gustos de Buick y Oldsmobile. El Edsel tenía el objetivo de ofrecer glamour y lujo a un precio más bajo que el habitual de la propia marca de Henry Ford.

Sin embargo, los clientes se mantuvieron alejados y desanimados por el aspecto del Edsel, a pesar de un gran impulso de marketing de Ford durante un año antes de su lanzamiento.

El Edsel presentó ideas innovadoras, como luces de advertencia de bajo nivel de aceite y temperatura del motor, así como el selector de marchas con botón pulsador Teletouch. Era toda una novedad.

Las ventas iniciales fueron aceptables, aunque un poco por debajo de las expectativas, que cayeron significativamente en los años siguientes y el Edsel se dejó de fabricar a fines de 1960 después del cálculo que estimó una pérdida en aquella época de 350 millones de dólares para Ford.

Citroën Bijou (1960)

La “joya” fue concebido como una forma de usar repuestos y aumentar el atractivo de la plataforma del 2CV con un modelo coupé compacto. Pero en ese momento en el mercado europeo había varios cupés deportivos y asequibles para elegir.

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Además, el Bijou no podría ofrecer nada importante en materia de rendimiento, ya que su carrocería de fibra de vidrio era más pesada incluso que un 2CV estándar, por lo que era llamativamente lento. Sumado a esto, el interior era estrecho y el estilo algo particular, lo que explica por qué sólo 207 Bijous encontraron dueños.

Bricklin SV-1 (1974)

Su nombre significaba Safety Vehicle One (o “el auto número uno en seguridad”) y fue desarrollado con una fuerte estructura antivuelco y paragolpes que absorbían los impactos, que eran nuevas ideas en el momento de su lanzamiento. También tenía como gran característica su carrocería construida en fibra de vidrio, para que no se pudriera.

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Sin embargo, el problema llegó en los controles de calidad. Bricklin también duplicó el precio del automóvil desde su lanzamiento en 1974 hasta que fracasó en 1976 cuando los fondos de la provincia canadiense de Nuevo Brunswick interrumpieron su inversión.

Renault Avantime (2001)

El diseño de Patrick Le Quément para el Renault Avantime fue audaz y tentó a muchos compradores potenciales pero, lamentablemente, pocos de ellos dieron el paso final para adquirir este modelo y el modelo dejó de producirse en el 2003 con sólo 8.500 autos fabricados. Muchos aseguraron que la causa de su fracaso fue lanzarlo como rival de los modelos de BMW y Mercedes Benz.

Tampoco había suficiente espacio en el asiento trasero del Avantime para que funcionara como un cuatro plazas y el acceso a la parte delantera requería de puertas muy largas, de doble bisagra, que eran difíciles de fabricar y usar. El cese llegó cuando Matra abandonó la producción de automóviles.


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