Redacción. La música se ha convertido en un lenguaje universal a lo largo de los años, y una prueba de ello es el caso del talentoso hondureño Tito Valle, un destacado estudiante de la carrera de música de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Los límites que la vida le impuso únicamente hicieron que sus habilidades naturales resaltaran junto a su pasión por el arte. Desde el corazón del país, Tegucigalpa, Valle profesa su excepcional gusto por la música, la que se convertiría en un escape.
El joven abrió las puertas de su vida con Diario Tiempo para conversar sobre qué lo inspira, dar consejos para otros músicos hondureños y resaltar su amor por la música.
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¿Cómo describiría su infancia?
Tuve una infancia muy feliz, con travesuras como cualquier niño, pero siempre rodeado de personas especiales y de una familia que me quiere mucho.
¿Cómo nace ese amor por la música?
Mi amor por la música nació cuando era muy pequeño. Mi mamá siempre quiso que aprendiera algún instrumento y buscaba algo que me gustara. Desde que tengo memoria, empecé a cantar y a aprender canciones. Mis docentes de música han sido fundamentales para que ese amor y esa pasión crecieran en mí, guiándome y dándome las herramientas necesarias para seguir adelante. Mis maestros de preescolar y primaria jugaron un papel importante, ya que poco a poco me transmitieron ese entusiasmo por aprender y disfrutar de la música.
A los 10 años comencé a estudiar batería, lo que reforzó mi pasión por la música. Decidí dedicarme por completo a la música a los 16 años, cuando empecé a tocar piano. En ese momento, investigué sobre la carrera de música y el curso propedéutico. Actualmente, me estoy especializando en piano clásico.
¿Cuál ha sido la parte más difícil?
Creo que la barrera más grande que existe es la falta de empatía, especialmente al incluir a un alumno con discapacidad en un aula de clases, para que se sienta como los demás. Muchas veces no se toman en cuenta las necesidades de inclusión, lo que crea una sensación de aislamiento.
Sin embargo, hay organizaciones e instituciones como el Instituto Franciscano para la capacitación del No Vidente (Infracnovi) que iluminan esa parte oscura, ofreciendo capacitaciones, apoyo psicológico, enseñanza de Braille y promoviendo la inclusión en general. Esto demuestra que, con el apoyo adecuado, es posible derribar las barreras y avanzar hacia una sociedad más inclusiva.
¿Qué artistas lo inspiran?
Hay muchas personas que me inspiran. Mi mamá ha sido fundamental en mi vida; aprendió braille para transcribir mis textos y enseñarme, lo cual implicó muchas horas de dedicación. Mis abuelos, tíos y primos también han apoyado mi sueño de ser músico.
En la escena musical local, admiro a Guillermo Anderson, Alberto Laínez, y bandas como Pez Luna y Diablos Negros. Dos de mis maestros, Nery “el Chino” Lara y Sergio Aguirre, tocan en Pez Luna y han sido clave en mi formación. Admiro mucho a Sergio Aguirre por su gran capacidad como músico, compositor y productor.
También admiro al maestro Diego Irías, quien ha sido fundamental para expandir mis conocimientos en producción musical. Él me ha dado el honor de mezclar sus composiciones, lo que me ha permitido mejorar mis habilidades y adquirir más experiencia en este campo.
Otros maestros admirables son Samir Kafati, a quien respeto profundamente por su habilidad como pianista y su dedicación como docente, y Lalo Rojas, a quien valoro mucho por su carisma y porque me ha dado la oportunidad de tocar en el combo de jazz de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Tocar con alguien como Lalo Rojas, que ha ganado tres Grammys, es como estar en una escuela constante para mí.
Admiro mucho a Ludwig van Beethoven, quien, a pesar de quedar sordo, continuó componiendo sus grandes sinfonías, demostrando que cualquier adversidad puede superarse.
¿Qué le diría a alguien que siente que no puede alcanzar sus sueños?
Todo en esta vida es posible si seguimos adelante y no nos rendimos. La vida está llena de obstáculos, pero somos nosotros quienes debemos superarlos y marcar la diferencia.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Tengo cosas muy interesantes en camino. A largo plazo, quiero componer mi música y lanzar un disco, además de tocar en vivo con más personas. Actualmente, toco con el ministerio de Andrés Ferrera, con quien se vienen proyectos emocionantes. Mi mayor sueño a mediano plazo es graduarme en la carrera de música y obtener una maestría.
¿Qué otros instrumentos le gustaría aprender a tocar?
Me interesan mucho los instrumentos de viento, como el saxofón y la flauta, pero también me atrae el bajo por ser la base armónica en una banda, y la guitarra eléctrica.
¿Qué consejo le daría a otros artistas hondureños?
No debemos rendirnos. Vivir de la música no es fácil, pero tampoco es imposible. Lo más importante es seguir nuestros sueños.
Tito Valle es un ejemplo de que las adversidades se vuelven pequeñas cuando los sueños se vuelven más grandes.
Frase: «La vida está llena de obstáculos, pero somos nosotros quienes debemos superarlos y marcar la diferencia».
Dato: La madre de Tito Valle aprendió el sistema de escritura para ciegos braille, para transcribirle textos y poder enseñarle desde el comienzo de su educación.