SAN PEDRO SULA, HONDURAS. «Hay algo de comer mami», recuerda con tristeza Teresa al hablar de cómo le dicen sus hijos casi todos los días luego de esta «mala pasada de la vida».
Nunca habían sido ricos, pero tampoco la familia de Víctor Manuel Santos se imaginó vivir desde ese lado de la pobreza, ahora su esposa de nombre Teresa Alvarado se mira metida de lleno en la miseria y no le había quedado tiempo de prepararse, antes de saber que su esposo iría a prisión por «algo que nunca cometió».
Ahora su vida es modesta, pero aún dentro de la sociedad copaneca que tanto la quiere al igual que a sus hijos, ella recuerda cómo Víctor fue llevado con rostro triste a manos de tres oficiales sin dejar rastro, ni nota y con los escasos ahorros ahora intenta sobrevivir.
En poco tiempo la vida de ella y sus hijos cambió por completo como si toda su vida va desapareciendo y nos le queda más remedio que trasladarse todos los días a trabajar duro para ganarse esos 150 lempiras del día, pues ahora le toca ahorrar luz, agua y todo por culpa de la fémina María Antonia López, según sus vecinos del Corpus, aldea situada en el Municipio de La Unión, departamento de Copán.
Tanto Víctor como Teresita como le dicen de cariño, prometieron a sus cinco hijos un día por la tarde en el recóndito lugar y entre paredes adornadas de recuerdos, un futuro, pero ahora no sólo se quedan sin el, sino que tampoco tendrán al parecer un presente bonito como un día lo imaginaron.
Por alguna extraña razón, Teresita, la única de su familia que parecía encontrar cierta fuerza para afrontar la situación, así descubrió entre sinsabores y penalidades, la cara más amable de la necesidad, así descubrió la solidaridad entre los vecinos de aquella barriada de gente que no tiene nada, nada más que la fuerza necesaria para sobrevivir y de lo poco que tienen…le dan. Con tristeza Teresa contó a Diario TIEMPO Digital cómo sus vecinos la arropan desde lo sucedido en forma de apoyo, de sonrisas y de consejos para sobrevivir en medio del vacío.
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Poco a poco Teresa se da cuenta de que si bien ha perdido la presencia física de su esposo, está ganando otras cosas; es decir, visión en una perspectiva más amplia de las cosas o, al menos, diferente, está ganando en fuerza, en resistencia a las dificultades y está desarrollando una nueva capacidad para encontrar soluciones a los problemas más increíbles.Para apoyar esta humilde familia económicamente pueden hacerlo llamando al 9687-4671
Víctor Antonio ahora tendrá que purgar dos años y medio más, según abogados, ya que su condena anteriormente fue de siete, de los cuales ya cumplió unos en casa por cárcel, al ser acusado por una copaneca de actos de lujuria, sin presentar pruebas físicas, pero si testimoniales (la hija y un sobrino, ambos involucrados aquella tarde del 2006).
Para apoyar esta humilde familia económicamente pueden hacerlo llamando al 9687-4671
Aldeanos de la comunidad creen fervientemente en la inocencia del compatriota y alegan que la acusadora es una «mujer llena de resentimiento y maldad» ante esta pobre familia que ahora se las juega para sobrevivir.
Es difícil pensarlo y reconocerlo, pero ahora mientras él duerme en un colchón sencillo comprado recientemente por una amano amiga, su tercer hijo no tendrá a su padre este «Día del Niño» y su mayorcita cumplirá sus 15 sin el abrarzo de uno de sus seres más amados en la vida…su padre. Ahora Teresa guardará para la posteridad los recuerdos de toda una vida, mientras él queda en libertad definitiva ante una justicia que es ciega, de acuerdo a lo calificado por amigos y familiares del imputado.
