TEGUCIGALPA, HONDURAS. Aún con algunas secuelas por haber experimentado el COVID-19 en carne propia, la periodista Gizelle Lanza contó que espera que su testimonio ayude a las personas a comprender lo delicado que es el virus.
La periodista se contagió de COVID-19, pero no sabe dónde o cómo sucedió, sólo recuerda que comenzaron los síntomas y acudió a hacerse el hisopado. Su fe en Dios fue inquebrantable al momento de recibir el resultado positivo, y aún más al llegar hasta la cama de un hospital capitalino.
«La finalidad es que mi historia ayude a las personas, porque, como periodista, tenemos esa labor social, hay que ayudar a los demás en lo que se pueda«, comentó Gizelle.
Pasó días muy difíciles interna en el hospital María de Tegucigalpa, sus pulmones solo funcionaban en un 50 %, por lo que requirió de oxígeno. Sin embargo, agradece a Dios por no necesitar que la intubaran, puesto que es un proceso muy delicado en la enfermedad.
La joven periodista destacó que la enfermedad le dejó una gran lección, y es que aumentó su fe en Dios. Ella aseguró que es muy católica, pero tras sus días en el hospital, supo qué es acercarse al redentor y el apoyo de las demás personas internas.
Gizelle contó su historia como paciente COVID-19 por primera vez a TIEMPO Digital, exhortando a la población que hay que cuidarse.
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1. ¿Cómo se entera Gizelle Lanza que esta positiva de COVID-19?
En realidad, como ya sabemos de las múltiples formas con las que se puede transmitir este virus, como también, hay múltiples formas en que se puede adquirir el COVID-19 y quizás no las conocemos.
Pues, sentí algunos síntomas, inmediatamente procedí a realizarme el examen de COVID-19 y salí positiva. Entonces fue así como me di cuenta y tuve que acudir a una clínica para hacerme el hisopado.
2. ¿Cuál fue su primera impresión al recibir el resultado positivo al COVID-19?
En primera instancia hay que aceptar el resultado y ponerse en las manos de Dios. Entonces empecé el tratamiento.
3. ¿Supo el momento o cómo se contagio de COVID-19?
Esta es una pregunta buen común, muchas personas me la hacen, pero es muy difícil de saber con exactitud dónde fue. Creo que al final eso no importa, porque lo importante es aceptar que se tiene ese impase en la vida, que hay que saberlo enfrentar. No podría decir con exactitud dónde me contagié de COVID-19, porque es muy difícil determinarlo.
4. ¿Llegó Gizelle a pensar lo peor en algún momento?
Indudablemente uno siente algún temor, quizás compararlo a estar en un desierto. Pero, por fortuna, yo creo en Dios, y es imperante decirlo, que mi fe fue lo que me mantuvo de pie. Hay que ser fuertes en esos momentos difíciles.
5. ¿Al momento de llegar al hospital, que sintió Gizelle al ver el escenario del COVID-19?
En primer lugar sentí fortaleza, estuve en el Hospital María, donde me atendieron varios médicos, enfermeras y otro personal, que, por cierto, son muy educados, muy nobles y capacitados.
No voy a mentir que en algún momento si me entraron nervios, la ansiedad también al inicio. Sin embargo, creo que a medida que fueron transcurriendo los días, me fui adaptando.
Gracias a la ayuda de este personal, médicos, enfermeras pude salir adelante con el COVID-19.
6. ¿Cómo fueron esos días en el hospital, el apoyo que recibió por parte de su familia, amigos, compañeros de trabajo?
No podía tener contacto con nadie, con ningún familiar, ninguna amistad, fueron días en los que aprendí mucho, tuve varias compañeras dentro de sala de COVID-19 que me enseñaron a tener fortaleza y fe.
Era una sala solamente de mujeres con COVID, todas arriba de los 50 años de edad, y yo era la más joven. No obstante, aprendí mucho, personas que se rodearon en mí que tenían mucha fe y pasaban orando.
Yo soy una persona muy cristiana, católica, pero me faltaba más contacto, en el sentido de cuando uno está atravesando una situación tan difícil. Creo que esa fue la parte que puedo destacar, esas personas me enseñaron muchísimo a enfrentar la enfermedad.
Tuve mucha asistencia en el hospital, la parte negativa fueron los temores físicos que causa el COVID-19. En mi interior sabía que mi familia, mis compañeros de iglesia, personas en redes sociales, que son muchísimas, estuvieron allí para orar.
7. ¿Se imagino Gizelle en algún momento que se iba a contagiar y qué llegaría al hospital siendo tan joven?
La verdad no, yo siempre me cuidaba muchísimo. Pero indudablemente es una enfermedad nueva, de la que todos estamos aprendiendo a que cuidarse aún más.
Siento que el virus está más agresivo y en realidad no me imaginé que estaba expuesta. Me cuidaba, pero, quizás hay personas, como yo, que nuestro sistema inmune no es tan resistente.
8. ¿Cómo observo y vivió la presión que tiene el personal médico?, ¿Cómo tratan a los pacientes?
En mi caso, que estuve en el hospital María, puedo decir que fue una experiencia grande y cada día admiro más a los médicos y enfermeras por su arduo trabajo.
Además, por su paciencia, porque se están enfrentando a una enfermedad nueva, es de admirar cómo lo hacen, con tanta entrega y sacrificio.
El turno en horas de la madrugada, cuando podrían estar en su casa durmiendo, están atendiendo a pacientes con COVID. Son acciones dignas de admirar, a pesar de que tenemos un sistema de salud malo en el país.
9. Tras su experiencia con él COVID, ¿Cuál es el mensaje de Gizelle al pueblo hondureño?
Pues, les digo que nos sigamos cuidando, que nos hagamos la prueba. Hay casos de personas que son asintomáticas, no saben que están contagiadas y andan enfermando a otras, y no es justo.
Además, ya todo mundo sabe que hay vacunas, pero, en Honduras, ni siquiera el 1% de la población esta vacunada. Cuando ya esté, hay que aplicársela, claro, a la que se tenga acceso.
Hay que cuidarse, y hay que extremar las medidas de bioseguridad, no salir de casa si no es necesario, desinfectar todo, usar alcohol gel, que es muy importante. No obstante, es preferible que si una persona tiene acceso agua y jabón se lave las manos, porque el virus se resbala.
Si nos cuidamos nosotros mismos, estamos cuidando nuestras vidas y la de los demás.
10. ¿Cuáles son las secuelas que le han quedado tras el virus?
Todas las personas que estuvimos en un hospital a causa del COVID, quedamos con respiración artificial, porque recibimos una carga viral mayor. A pesar que los hospitales los están limpiando todo el tiempo, hay más personas contagiadas de otras enfermedades.
Las cargas virales de los hospitales producen otras afecciones, en mi caso, tuve alergias, tos, que aún la tengo, taquicardia, porque mis pulmones solo trabajaron en un 50 %.
Es un proceso que poco a poco las personas se van recuperando. He tenido comentarios de mis seguidores en redes sociales que me dicen: ‘yo tengo tres meses’ o ‘el año pasado tuve COVID y aún tengo secuelas’.
Yo, ahora que tuve la enfermedad y estoy viendo este proceso de sanación, me doy cuenta que a veces tengo alergia y hasta se cae el pelo.
Una persona, al salir del hospital, no puede pararse, porque la enfermedad lo tiene en cama. Al salir del hospital, uno debe estar en cama, guardar reposo, porque todavía puede ser portador del virus. Tiene que estar aislado de 14 a 21 días.
Gizelle está agradecida con Dios por haberla librado de esta prueba. Hace poco fue su cumpleaños y sintió una dicha enorme de celebrarlo, aunque sea en casa. De igual manera, mostró su gratitud con sus amistades, compañeros del medio y seguidores de redes sociales por estar al pendiente.
El COVID-19 no es una broma, ni «una falsa enfermedad», es una situación real que le ha quitado a muchas personas sus familiares o seres queridos. Es sumamente importante cuidarse, seguir con la bioseguridad y si llegan vacunas, aplicárselas.
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