Redacción. El presidente electo de Honduras, Nasry Juan Asfura Zablah, dirigió un mensaje a la nación que se alejó del formalismo político habitual para centrarse en un llamado profundo a la unidad, la reconciliación y la esperanza colectiva.
La intervención, emitida el pasado 24 de diciembre en una fecha cargada de simbolismo espiritual y familiar, buscó sentar las bases del nuevo ciclo político que se avecina en el país.
El mensaje se construyó desde un tono sereno y conciliador, evitando cualquier confrontación.
Asfura apeló al significado de la Navidad como un tiempo de reencuentro y reflexión, en un contexto nacional marcado por meses de tensiones políticas y expectativas sociales acumuladas.
En ese sentido, presentó la unidad como el valor indispensable para avanzar hacia una etapa de mayor estabilidad y cohesión.
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fecha especial
Al recordar el nacimiento de Jesús, a quien definió como “el príncipe de la paz”, el presidente electo utilizó la referencia religiosa para reforzar su idea central.
Desde su perspectiva, el amor y la unidad poseen una fuerza superior a cualquier división que haya marcado a los hondureños. En ese sentido, invitó a la ciudadanía a reconocerse como una sola familia, dejando de lado diferencias y resentimientos.
“Que esta Navidad nos encuentre más humanos y más hermanos. Es tiempo de reconciliación, de unidad y de paz”, expresó, sintetizando el espíritu de su mensaje.
La frase funcionó como un llamado directo a sanar heridas, reencontrarse como sociedad y caminar juntos hacia un futuro compartido.
Asfura también dedicó parte de su discurso a reconocer la confianza que recibió en las urnas.
Zablah aseguró que asume el mandato con honor y con plena conciencia de los desafíos que enfrenta Honduras, subrayando que la unidad no debe limitarse a un ideal discursivo, sino convertirse en una responsabilidad colectiva.
“Extiendo mi mano para caminar juntos, con firme determinación de trabajar sin descanso por Honduras. No les voy a fallar”, afirmó.
El mensaje concluyó con un tono espiritual. El presidente electo pidió la bendición de Dios para el pueblo hondureño y para la nación. Además, reafirmó su intención de liderar con fe, esperanza y vocación de servicio.

