Redacción. Días después de que surgieran dudas sobre su relación con Travis Kelce, Taylor Swift despejó las especulaciones con un gesto sencillo, pero revelador.
El pasado viernes 13 de junio, durante una visita al Hospital Infantil Joe DiMaggio en Hollywood, Florida, Estados Unidos, la cantante de 35 años fue grabada mientras respondía a uno de sus jóvenes admiradores.
Al preguntarle por qué estaba en la ciudad, Swift respondió con naturalidad que su “novio” se encontraba allí, confirmando así, sin rodeos, el estado actual de su relación con el jugador de los Kansas City Chiefs.
«Mi novio está entrenando aquí, así que pensé en venir a verte, a visitarte, ¿sabes?». Ese breve comentario, en el que se refiere a Travis como «mi novio», bastó para que sus seguidores interpretaran que, aunque su relación sigue firme, el matrimonio aún no está en sus planes inmediatos.
En días anteriores, las redes sociales se llenaron de especulaciones sobre una supuesta boda secreta. Todo comenzó cuando una organizadora de bodas publicó en Instagram una tarjeta con los nombres “Taylor y Travis Kelce” como invitados a un enlace, con mesa asignada —la número 13, el número favorito de Taylor. Sin embargo, la pareja no asistió al evento; en su lugar, participó en una boda familiar en Nashville.
Famosa visita
La aparición pública de Taylor en el hospital se convirtió en la ocasión ideal para acallar los rumores. Lució un vestido de lino verde salvia de Loewe, valorado en 2.250 dólares, y sandalias Louis Vuitton. Posó sonriente con pacientes y familiares, regalando momentos inolvidables.
Una madre compartió emocionada la imagen de su hijo Judah junto a la cantante, escribiendo: «Literalmente llorando porque… ¡mira a quién conoció Judah hoy en el hospital antes de su transfusión!»
El gesto espontáneo de Taylor bastó para cerrar el capítulo de la supuesta boda y, al mismo tiempo, confirmó que su relación con Travis Kelce sigue tan fuerte como siempre.