Redacción. La reciente suspensión temporal de los programas de asistencia exterior de Estados Unidos, firmada por el presidente Donald Trump el 21 de enero, ha generado preocupación a nivel internacional, particularmente en países que dependen de la ayuda estadounidense para diversos sectores, como el desarrollo económico, la salud y la seguridad.
La medida, que tendrá una duración de 90 días, busca revisar y reorientar estos programas para asegurar que estén alineados con los intereses políticos y de seguridad nacional de Estados Unidos.
Aunque la orden no especifica qué programas se verán afectados de inmediato, su impacto podría ser significativo.
Esto es especialmente cierto en países como Honduras, que reciben asistencia en áreas clave como la lucha contra la pobreza. También se verían afectados el apoyo a la democracia y el fortalecimiento de las instituciones de seguridad.
Los programas que se encuentran bajo evaluación incluyen aquellos destinados a la asistencia económica, desarrollo, ayuda humanitaria y apoyo militar a otros gobiernos.
Según los últimos datos oficiales del gobierno de Biden, para el año fiscal 2023 se comprometieron 68 mil millones de dólares en programas internacionales, que abarcan desde ayuda humanitaria hasta iniciativas de salud y promoción de la democracia en 204 países.
Sin embargo, algunos de los mayores beneficiarios, como Israel, Egipto y Jordania, probablemente no experimentarán recortes significativos, ya que sus fondos están incluidos en acuerdos a largo plazo respaldados por tratados internacionales.
Algunos de los programas suspendidos
Según diversos expertos y analistas, más de 70 proyectos y programas estarían suspendidos por la administración de Trump. Esto afectaría a cientos de países en toda América, incluyendo a Honduras.
Dentro de los programas suspendidos por la administración Trump se encuentran iniciativas que buscan promover la estabilidad y el desarrollo de países en vías de desarrollo. Algunos de los programas afectados son:
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Programas de asistencia económica y de desarrollo
Estos incluyen fondos destinados a impulsar el desarrollo económico, la democracia y la estabilidad política de países de América Central. En Honduras, estos fondos han sido cruciales para la creación de infraestructuras, el fortalecimiento del sistema de salud, y el apoyo a iniciativas de derechos humanos, según varios sectores.
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Asistencia a organizaciones internacionales
Estados Unidos ha proporcionado financiamiento a varias agencias internacionales como la ONU, el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que trabajan en proyectos de ayuda humanitaria, educación y seguridad.
La suspensión de esta asistencia podría afectar directamente las ayudas que Honduras recibe en diversas áreas.
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Ayuda a gobiernos extranjeros
En países como Honduras, donde los programas de cooperación han sido una herramienta clave para fomentar la seguridad y el fortalecimiento del Estado de derecho, la suspensión de fondos podría afectar los esfuerzos de reforma y combatir el crimen organizado.
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Proyectos de ayuda militar y de seguridad
La asistencia militar y de seguridad que Estados Unidos proporciona a países como Honduras, ayuda a fortalecer las capacidades locales para enfrentar desafíos como el narcotráfico y la violencia. Estos fondos son fundamentales para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad, la adquisición de equipo y la ejecución de operativos conjuntos.
Honduras, como otros países de América Central, ha sido uno de los principales beneficiarios de la asistencia estadounidense en diversas áreas. A lo largo de los años, el país ha recibido apoyo para mejorar su infraestructura, salud pública, educación y, en particular, en la lucha contra la pobreza y la violencia.
Sin embargo, con la suspensión de estos programas, las autoridades hondureñas podrían enfrentar dificultades para mantener algunos de los avances logrados a través de las ayudas.
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Ayudas humanitarias en Honduras
Diario Tiempo intentó comunicarse con la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional para conocer su postura sobre esta problemática. Sin embargo, no se obtuvo respuesta a las llamadas, y el tema de la suspensión de la ayuda humanitaria quedó sin aclarar.
En cambio, el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Wilson Paz, ofreció una declaración exclusiva a Diario Tiempo, en la que explicó que, a pesar de las suspensiones, el Gobierno de Honduras mantiene un diálogo abierto con Estados Unidos y continuará con la cooperación en temas clave como migración, economía y seguridad.
“Primero de todo, como gobierno, le deseamos éxito al presidente Trump. Segundo, nuestro diálogo permanente como gobierno, estamos anuentes a seguir construyendo en cooperación con los Estados Unidos en cada una de las áreas que hemos trabajado en conjunto”, subrayó Paz.
Suspensión de Fondos
Sobre la posible suspensión de fondos por parte de Estados Unidos, el director aclaró que los recursos provenientes de USAID no se transfieren directamente al gobierno hondureño, sino que se canalizan a través de agencias de cooperación, ONG y programas específicos.
“Por ejemplo, en el tema de reintegración de migrantes, ellos destinaban fondos para beneficios a través de su agencia de cooperación, pero el recurso no llega directamente al gobierno”, explicó. En caso de que estos programas sean suspendidos, se anticipa que las iniciativas financiadas dejarán de operar temporalmente.
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Wilson Paz enfatizó que el gobierno hondureño tiene la capacidad de continuar sus operaciones de manera regular con el presupuesto nacional asignado. Asimismo, afirmó que continuarán trabajando para garantizar el bienestar de los hondureños, respetando las decisiones de otros países.
Afectaciones para Honduras
Por su parte, la líder comunitaria y experta en migración, Marcela Caro, explicó que dicha suspensión ha encendido las alarmas en el país, dado el impacto directo que esto podría tener en sectores fundamentales como educación, salud y seguridad.
“Las ayudas de Estados Unidos por medio de USAID -que nos ayuda en la parte de formación, bibliotecas, escuelas, hospitales y salud-, ha sido un aliado crucial para Honduras”, destacó para Diario Tiempo la experta en temas de migración.
Además, destacó que la suspensión llega en un momento crítico para el país, que enfrenta serios desafíos económicos y sociales. Esto podría agravar aún más las dificultades de las comunidades más desfavorecidas.
“La suspensión es una auditoría para determinar en qué se han utilizado las ayudas y si realmente conviene seguir destinando fondos a estos proyectos”, explicó la experta Caro.
Esta revisión no solo afecta a Honduras, sino a otros países receptores de apoyo. Sin embargo, las consecuencias se sienten de manera más severa en un país con altos índices de pobreza y migración.
Con un estimado de 300 millones de dólares anuales en fondos provenientes de USAID, esta decisión no solo amenaza con detener proyectos humanitarios y sociales. Además, podría generar desempleo en un país donde muchas personas dependen de estos programas para su sustento, según Caro.
“La suspensión de estas ayudas aumenta el riesgo de que el gobierno hondureño enfrente una crisis mayor. Actualmente, no está preparado para suplir la ausencia de esos recursos”, agregó la experta.
Preocupación en las ONG
El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Ramón Barrios, afirmó que la suspensión de los programas de asistencia de Estados Unidos debería preocupar a las organizaciones no gubernamentales (ONG), como la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), pero no al gobierno hondureño.
Barrios destacó que esta suspensión no solo afecta a Honduras, sino a todas las ONG que reciben financiamiento de Estados Unidos.
“Eso tiene que ver con las ONG que trabajan con dinero norteamericano, como ASJ, y otras, se les suspende por 90 días el financiamiento”, explicó el diputado para un medio de comunicación.
Además, el diputado añadió que, normalmente, el 95 % de los fondos provenientes de Estados Unidos se distribuyen a través de ONG.
Panorama incierto
En un contexto donde los desafíos sociales, económicos y de seguridad son prominentes, los recortes en la ayuda externa podrían frenar los avances logrados en áreas clave. Esto incluye la lucha contra la pobreza y la violencia, así como la mejora de las condiciones de vida de la población.
La administración hondureña, por tanto, deberá encontrar maneras de mitigar los efectos de esta suspensión. Esto implica buscar, diversificar sus fuentes de apoyo internacional y fortalecer su capacidad interna para afrontar los retos que el país enfrenta.
