Redacción. La conmoción volvió a instalarse en el municipio de Victoria, Yoro, tras la masacre que dejó a tres jóvenes muertos la tarde del martes 2 de diciembre en la aldea San Isidro.
Las familias, entre el desconcierto y el dolor, confirmaron las identidades de los hombres que quedaron tendidos sobre un camino de tierra junto a una motocicleta negra, el vehículo en el que se trasladaban.
Las víctimas fueron identificadas como Carlos Humberto Santos Villeda, de 22 años; Andy Gabriel Flores Funes, de 21; y Casimiro Villanueva, de 26. Según la información preliminar proporcionada por la Policía, los cuerpos estaban muy cerca uno del otro, como si no hubiesen tenido oportunidad de escapar.

Los tres trabajaban juntos en una empresa dedicada a la fabricación de sillas y mesas, lo que los llevaba a viajar constantemente a diferentes ciudades del país. Ese desplazamiento rutinario se convirtió, esta vez, en su último recorrido.
Historias que quedaron inconclusas
La mañana del miércoles, mientras esperaban en las afueras de Medicina Forense en San Pedro Sula, las familias se aferraban a los recuerdos más recientes de sus seres queridos.
Entre sollozos, la madre de Carlos Humberto reveló que su hijo murió sin saber que estaba por convertirse nuevamente en padre. “Él deja un niño de 2 años y a la mujer la deja embarazada. Se me murió sin darse cuenta que la mujer estaba embarazada; supuestamente ella le iba a dar la noticia, pero no se la pudo dar”, contó con la voz quebrada.

En otro rincón del mismo lugar, la esposa de Andy Gabriel Flores Funes pedía respuestas . A través de declaraciones a noticieros Hoy Mismo, rogó a las autoridades agilizar la entrega de los cuerpos.
“Por favor, ayúdennos a decirnos dónde están los cuerpos… estamos desesperados, tienen más de 24 horas de fallecidos. Estamos preocupados”, dijo entre lágrimas, agotada de tanto preguntar sin obtener información clara.
Mientras tanto, las autoridades continúan investigando las causas del ataque. Hasta ahora no hay indicios firmes sobre los motivos que terminaron con la vida de los tres jóvenes.



