Redacción. El conductor del camión que protagonizó el trágico accidente en la aldea Loma Larga, municipio de Colinas, Santa Bárbara, continúa detenido y bajo investigación por parte de las autoridades hondureñas. El siniestro, ocurrido durante un mitin político, dejó al menos siete personas fallecidas y más de 60 heridas, convirtiéndose en uno de los incidentes más graves registrados en actividades previas a las elecciones del 30 de noviembre.
Al hombre, cuya identidad aún no ha sido revelada, lo capturaron el lunes 24 de noviembre en el Hospital Integrado de Colinas, donde recibía atención médica tras sobrevivir al violento vuelco del camión. La unidad transportaba simpatizantes de los partidos Liberal y Nacional que regresaban de distintas actividades políticas cuando ocurrió la tragedia.
Según la Policía Nacional, al conductor se le considera sospechoso del delito de conducción temeraria. Por ello fue puesto de inmediato a disposición de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT), instancia encargada de realizar los peritajes técnicos y reconstruir la secuencia del accidente. Las autoridades indicaron que los afectados deben interponer la denuncia formal para que el Ministerio Público pueda proceder con un requerimiento fiscal.
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La Policía también informó que el conductor permaneció hasta el lunes en la jefatura departamental de Santa Bárbara para rendir su testimonio. Los investigadores recolectan información para determinar su responsabilidad penal y civil.
Los avances preliminares de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) revelan fallas graves en el camión. El jefe de investigación de la DNVT, Darwin Hernández, explicó que la unidad presentaba un daño crítico en el seguro de la palanca de cambios. Esta pieza se desprendió mientras descendían por una pendiente pronunciada. Esto dejó el vehículo en punto muerto, sin control sobre la velocidad y sin capacidad de frenado.
El camión carecía de mantenimiento preventivo y tenía fallas en el sistema de frenos. Además, transportaba a una cantidad excesiva de personas en la parte trasera. Estas condiciones, sumadas a la impericia del conductor, habrían hecho inevitable el vuelco al llegar a una curva del sector.
