Redacción. Duelo, consternación y exigencia de justicia ha causado la muerte violenta de la menor Kimberly Sabillón Barahona, en el municipio de Petoa, Santa Bárbara, donde en medio de la tragedia, su abuelo relató que él creía que el duende se la había llevado.
De acuerdo con el informe en el lugar de los hechos, la niña de tan solo 6 años salió a comprar a la pulpería a eso de las 2:00 de la tarde del lunes. Sin embargo, no regresó, por lo que la comunidad y autoridades la comenzaron a buscar.
La esperanza era encontrarla, pero lamentablemente estaba ya sin vida, a la orilla de una cuneta, con signos de violencia y con una herida de arma blanca. Las autoridades ya indagan en el aberrante suceso.

En el velorio de Kimberly, don Saúl, su abuelo, contó en el medio local JB noticias que él era como el padre de la niña, era su única nieta, por lo que está destrozado por lo sucedido.
«Yo escuché la bulla de que se había desaparecido la hija de Yojana (su hija), y me levanté de lo que estaba haciendo. Luego, me dijo mi patrona que me viniera, pero yo no me vine para la casa, sino que me fui a buscarla, porque el duende se la había llevado», comentó.
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«El duende»
Don Saúl explicó que él creyó que el duende se había llevado a su nieta, porque en la misma localidad hace un tiempo ocurrió un hecho de esta naturaleza. En las zonas rurales de Honduras se tiene la creencia de que existen estos seres.
«Así se perdió una muchacha una vez, la gente del pueblo la comenzó a buscar y la encontraron. Dijeron que había sido el duende porque apareció muda y todo», añadió.
Entre lágrimas, don Saúl aseguró que él buscó exagerado a su nieta Kimberly tras darse cuenta que estaba desaparecida y las personas del pueblo también les ayudaron por horas en esta labor.

«Yo la buscaba y tanteaba el lugar, zacateras, monte por donde el duende pudiera pasar, luego pasé por un barranco, la niña estaba en la parte de abajo, pero yo no la vi, no la miré porque no bajé hasta más abajo. No había rastros ni nada, por lo que me cansé y me vine, me senté y vinieron a decir que habían encontrado a la niña, todo mundo se fue rápido y cuando llegué me dijeron que la niña estaba sin vida, allí se me bajaron los gases», relató el señor.
El abuelo señaló que bajó hasta donde estaba el cuerpo, la reconoció por el color del cabello y le vio unos golpes en la espalda, con los pies para dentro y una profunda herida de arma blanca.

