San Pedro Sula, Cortés. Un hondureño identificado como Erick Geovanny Zavala Miranda, de 30 años, fue asesinado a balazos el domingo 2 de noviembre en la colonia Miguel Ángel Pavón, en San Pedro Sula, departamento de Cortés.
El crimen, según el informe preliminar de la Policía Nacional, ocurrió frente a una pulpería del sector, donde atacaron a la víctima.
A Zavala Miranda lo habían de los Estados Unidos hace cinco meses, y desde entonces residía en la zona donde finalmente perdió la vida. En la escena del crimen se contabilizaron al menos 16 casquillos de bala, un detalle que evidencia la brutalidad y premeditación del ataque.
De acuerdo con versiones de vecinos, el ahora occiso había recibido advertencias para abandonar la colonia, pero ignoró las amenazas. Las autoridades no descartan que el crimen esté relacionado con disputas entre pandillas por el control territorial, aunque el móvil aún se encuentra bajo investigación. Agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) trabajan para identificar y capturar a los responsables.
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Este caso vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad que enfrentan los hondureños deportados al retornar al país. En muchos casos, son blanco de extorsiones, amenazas o incluso ataques violentos por parte de grupos criminales que los perciben como posibles fuentes de dinero o como intrusos en sus territorios.
Ante este panorama, expertos en seguridad y organizaciones de apoyo al migrante recomiendan una serie de medidas de precaución para quienes regresan al país. Entre ellas, no divulgar públicamente información personal o detalles del retorno, mantener un perfil bajo durante las primeras semanas, buscar apoyo familiar o institucional y, de ser posible, evitar regresar a comunidades con alta presencia de pandillas.

