Francisco Morazán. Con una voz llena de fe y un rostro iluminado por la devoción, así fue recordado Luis Alonso Oseguera Betancourth, el joven técnico en electrónica que perdió la vida junto a su pareja, Nicol Alejandra Figueroa López.
El hecho ocurrió el pasado viernes 17 de octubre en un hotel del municipio de Tatumbla, Francisco Morazán.
Durante su velatorio, realizado en la Iglesia Adventista Las Crucitas, familiares, amigos y miembros de su congregación compartieron entre lágrimas el último video en el que se le ve con vida: Luis aparece en el púlpito, cantando una alabanza a Dios.
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“Diosito te reciba, mi niño, te vamos a extrañar”, escribió uno de sus amigos. Mientras otros expresaron: “Descanse en paz, un vecino amable y educado” y “Siempre amigo especial, juntos ensayamos algunos cantos”.
En el video, que circuló entre miembros de la iglesia, se escucha su voz firme y llena de sentimiento, lo que provocó una profunda emoción entre los presentes en su velorio. Muchos no pudieron contener las lágrimas al ver al joven tan lleno de vida, sin imaginar que sería su última participación en el templo.
De acuerdo con el personal del hotel donde se hospedó con su pareja, ambos llegaron el jueves 16 de octubre. Al día siguiente, al notar que no bajaban a desayunar, los encargados decidieron ingresar a la habitación y se encontraron con la trágica escena: los cuerpos de Luis y Nicol estaban sin vida, con señales de una posible intoxicación.
Las autoridades mantienen abierta la investigación, manejando como hipótesis preliminar una intoxicación accidental. Mientras tanto, su comunidad de fe se aferra al recuerdo del joven que, hasta el final, mantuvo su espíritu alegre y su corazón lleno de alabanzas.
