Redacción. La madre de Jairo Isaac García Vásquez, un niño de 11 años, Aracely Vásquez, enfrenta un profundo dolor, no solo por la pérdida de su hijo menor, sino también porque vive el duelo sola, ya que la policía detuvo al padre del menor, Héctor Eduardo García.
El hombre no puede estar en el velorio y posiblemente tampoco asista al entierro. «Es triste porque él no puede estar aquí y él es mi consuelo», señaló la madre del menor, Aracely Vásquez, en el medio HCH.
«No va a poder ir y es lo que estoy pidiendo para ir a enterrar al hijo a las 2 de la tarde, por ver si a él lo dan» apuntó.
Asimismo, explicó que hará el esfuerzo para que el fiscal que lleva el caso le permita a su pareja salir y que vaya al entierro.
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«Ahí mismo lo detuvieron. No sé por qué lo detuvieron si no tiene nada que ver», expresó con lágrimas en sus ojos.
Seguidamente, mencionó que ayer llevaron al padre del menor a la Fiscalía y hoy está en la Primera Estación de Policía.
Alegre y servicial
Jairo Isaac García Vásquez, de 11 años, era un niño amable, alegre y servicial. Cursaba el quinto grado y era el hijo menor de la familia.
Su vida se apagó abruptamente ayer lunes sobre el segundo anillo de Circunvalación en San Pedro Sula. La motocicleta en la que viajaba con su progenitor sufrió un brutal impacto.
Vásquez relató que tiene un hijo de 16 años en el Hospital Mario Catarino Rivas. Un carro lo atropelló en el mismo lugar y se dio a la fuga la semana pasada.
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«Yo no tengo nada», dijo la ama de casa, exponiendo la situación económica que viven. Jairo y su padre, Héctor Eduardo García, guardia de seguridad, viajaban en su motocicleta. El señor venía saliendo de trabajar y hacía un retorno cuando una rastra de origen salvadoreño los impactó.
Impacto fatal
El padre de Jairo señaló ayer en HCH que pasó «por debajo de los ejes de la rastra». En el impacto, el menor cayó de la motocicleta y quedó atrapado entre las llantas traseras de la rastra, sufriendo lesiones fatales en la cabeza.
El padre señaló que el niño estaba en quinto grado y ellos venían de trabajar. «Yo lo traía porque no lo podía dejar solito… la mamá está cuidando al otro en el hospital, que me lo levantó un carro la semana pasada». El hondureño mencionó que no hay nada que se compare con el dolor de la pérdida de un hijo: «era un angelito para mí».
