COLÓN. El comisionado de la Policía Nacional, Cristian Nolasco, confirmó la detención del primer sospechoso de la masacre ocurrida el domingo 24 de abril que dejó como saldo tres uniformados muertos.
“Cuando pasa un hecho criminal, toda la Policía se une y comienza a hacer la persecución correspondiente: rastreo, vigilancia, identificación mediante los técnicos de la DPI”, explicó el oficial.
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Luego de una jornada de patrullajes en la zona para lograr el cierre del departamento de Colón, Nolasco confirmó la detención de una persona. “Ahí resulta la detención de la primera persona supuestamente responsable”, indicó.
Asimismo, el comisionado detalló que el sospechoso recibió atención médica, ya que al momento de la aprehensión se encontraba herido.
“Estamos esperando el dictamen médico para ver si es herida de bala, herida de armas o herida de algún accidente”, explicó Nolasco.
De igual manera, no descarta que sus compañeros, que murieron de manera violenta, hayan podido defenderse del ataque.
En este sentido, el comisionado de la Policía expresó que con una orden judicial se le dictó prisión preventiva mientras realizan las investigaciones pertinentes.
También, Nolasco resaltó que todos los niveles de mando de la institución tienen agentes en ese sector para dar con el paradero de los responsables de la masacre. “No están muertos, solo han partido antes que nosotros”, expresó Nolasco sobre sus compañeros.
Recompensa
El comisionado de la Policía Nacional destacó la recompensa que ofrece la Policía por cualquier información que ayude a identificar a los hechores del crimen.
“La recompensa es de 500 mil lempiras que ha puesto o ha ofertado a través de la Policía Nacional de Honduras”, indicó.
“Sabemos que nuestra Policía Nacional está de luto, izamos nuestra bandera nacional a media asta durante tres días y todos los policías estamos unidos en estos casos que nos pegan en el corazón”, expresó Nolasco.
Masacre en Colón
Tres agentes policiales fueron acribillados a disparos en una emboscada por sujetos desconocidos, en una finca de la aldea de Agua Amarilla, del municipio de Trujillo, Colón.
Las víctimas respondían a los nombres de Jairo Posadas (clase 1), Jonathan Ramos (policía preventivo) y Juan Murillo (policía preventivo).
De acuerdo con los informes preliminares, los uniformados iban a realizar un operativo en la zona, cuando unos individuos los emboscaron y los abatieron a disparos.
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