REDACCIÓN. Scott Galloway, profesor de la Universidad de Nueva York y figura influyente en medios, ha iniciado un debate urgente sobre la situación actual de los hombres jóvenes. En su nuevo podcast Lost Boys y en su próximo libro Notes on Being a Man, Galloway expone una crisis que muchos prefieren ignorar: los hombres jóvenes están quedándose atrás, tanto emocional como económicamente.
Las cifras son alarmantes. Los hombres jóvenes tienen cuatro veces más probabilidades de suicidarse que las mujeres, tres veces más de caer en adicciones, y 12 veces más de terminar en prisión. Además, atraviesan niveles sin precedentes de ansiedad, depresión, obesidad y soledad. En contraste, las mujeres jóvenes están progresando: superan a los hombres en educación, ingresos y propiedad de viviendas, especialmente en zonas urbanas.
Galloway aclara que esto no debe entenderse como un conflicto entre géneros. Aplaude los logros femeninos, pero también advierte que una sociedad saludable necesita hombres emocional y económicamente viables. “La empatía no es un juego de suma cero”, dice. “Las mujeres no seguirán prosperando si no tenemos más hombres estables”.
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El académico propone redefinir la masculinidad moderna sobre tres pilares: proveedor, protector y procreador. Ser proveedor ya no se limita a aportar dinero; también implica apoyar a la pareja y asumir tareas domésticas. Ser protector no es solo físico, sino también moral, como defender a otros ante injusticias. Y el deseo de formar una familia puede, bien canalizado, ser un motor de crecimiento personal.
De manera provocadora, Galloway también sugiere que los jóvenes deberían socializar más, incluso “salir, beber y cometer errores”. Su mensaje no es un retroceso, sino una invitación a reconectar, asumir responsabilidades y construir relaciones sanas.
Reconocer esta crisis no resta al avance femenino; lo complementa. Ayudar a los hombres jóvenes también es un paso hacia una sociedad más equitativa.