Situación de la ENEE y sus elecciones

0
1524
EEH Contrato
EEH Contrato
luis-cosenza-jimenes
Luis Cosenza Jimenes, consultor

Luis Cosenza Jiménez/.-La situación de la ENEE es sumamente difícil, pero  alguna información recién publicada en la prensa, y un estudio solicitado por el gobierno al Banco Mundial, y encomendado por este a un consorcio de firmas consultoras,  podrían ser útiles en la búsqueda de soluciones.  Permítanme explicar por qué.

En primer lugar, la prensa informa sobre las ofertas recibidas en Chile y en Argentina para el suministro de energía eólica y fotovoltaica a precios históricamente bajos.

En el caso de energía fotovoltaica, las ofertas fueron de hasta tres centavos de dólar en Chile, y cerca de seis en Argentina.  El contraste no puede ser más dramático.

Mientras ellos celebran su éxito, nosotros debemos soportar las tarifas más altas jamás pagadas por energía renovable.  ¿A qué se deberá tal diferencia?, preguntará la lectora, y hay que reconocer que hay varios factores que la explican.

El riesgo país es diferente y los precios de los paneles solares han seguido bajando, pero el factor más importante, a mi juicio, es que ellos recurrieron a licitaciones públicas internacionales, mientras que nosotros  nos basamos en opacas contrataciones directas y a “incentivos” fijados entre algunos empresarios y algunos politiqueros.

Con el pretexto de cambiar la matriz de generación, justificaron las contrataciones leoninas.  Falazmente alegaron que las contrataciones opacas eran necesarias para desarrollar nuestros recursos naturales renovables, mientras que el resto del mundo demuestra que lo mismo puede lograrse mediante licitaciones públicas transparentes.  Al final han logrado modificar la matriz sacrificando, por no decir esquilmando, a los consumidores, cuando lo mismo pudo haberse logrado beneficiándoles.

La otra noticia, estimado lector, nos dice que El Salvador promueve una licitación pública internacional para el suministro de 70MW de potencia eólica y otros 100MW de fotovoltaica. La licitación la manejan las empresas de distribución, tuteladas por el ente regulador, la SIGET, sin la participación, ni la garantía, del Estado. Imagínese, estimado lector, una licitación manejada por la ENEE sin la garantía del Estado.  Nadie participaría porque, como el gerente de la Empresa lo ha dicho, la ENEE no es sujeto de crédito.

Pero además en El Salvador, mediante otra licitación pública internacional se ha adjudicado un contrato para el suministro de gas natural líquido, GNL, para generar energía eléctrica en una central de 300MW, es decir, la capacidad de El Cajón, y para otros usos del sector productivo.  El proceso nuevamente fue supervisado por la SIGET, pero esa fue la única participación del sector público.  En tanto en nuestro país el sector eléctrico está sumido en una profunda crisis, producto de decisiones equivocadas y de la improvisación, nuestros vecinos, tanto El Salvador, como Guatemala, cuentan con sectores eléctricos ordenados, transparentes y con clara visión para proveer energía confiable a precios razonables. Claramente que hemos minado la competitividad de nuestro aparato productivo.

En nuestro caso, no se percibe siquiera una estrategia para rescatar a la ENEE de su postración.  Lo único que se escucha es que buscan endeudarnos más a fin de que la Empresa pueda pagar los once mil millones de lempiras que adeuda a sus proveedores, como si se tratara de un problema coyuntural.

El problema es estructural y no tiene solución salvo que se renegocien por lo menos los groseros contratos de suministro de energía fotovoltaica  y el contrato con Energía Honduras.  Como  no se entiende el tema, el Presidente incorrectamente supone que todo se resuelve asignándole al sector parte de los recursos de la Alianza para la Prosperidad.

Si seguimos la estrategia del gobierno entonces  cada dos años estaremos dándole nuevos recursos a la ENEE, que por supuesto no podrá repagar ya que es una empresa insolvente.

Por si lo duda, vea lo que dice el estudio solicitado por el gobierno y encomendado por el Banco Mundial a Ecofys Netherlands B.V., Energynautics GmbH y Quantum América, e intitulado Análisis Técnico Económico de  Máxima Penetración de Energía Eólica y Solar en la Red Eléctrica de Honduras. Algunas de sus conclusiones más importantes son las siguientes:

  • “El sector eléctrico en Honduras enfrenta retos estructurales que han transcendido al sector para convertirse en prioridades nacionales.”
  • “Tras las medidas del Gobierno para enfrentar estos retos, el sector eléctrico se encuentra actualmente en un punto crítico.”
  • “El sector eléctrico requiere actuaciones adicionales para cubrir el déficit de capacidad de generación y acelerar la diversificación de la matriz energética, así como para adecuar las redes de transmisión y distribución.”
  • “En las épocas críticas del año se realizan cortes de suministro al no poder atenderse a la demanda y el control de los parámetros de funcionamiento de la red requiere de un uso subóptimo de las unidades de generación, que pasan a realizar servicios auxiliares.”
  • “… el crecimiento de la demanda y de la generación instalada total no ha sido acompañada de un incremento proporcional de capacidad firme, produciéndose un desequilibrio.”
  • “El rápido crecimiento de la capacidad instalada de las energías renovables variables en un corto periodo de tiempo puede impactar la estabilidad y confiabilidad del sistema.”
  • “Con las capacidades VRE instaladas en 2016, un máximo de 22 MW de reserva secundaria adicional es necesario para equilibrar la potencia eólica, y un máximo de 120 MW adicional se necesita para equilibrar PV.” (VRE es energía renovable intermitente y PV es fotovoltaica).
  • “Los costos adicionales anuales de reservas para 2016 son calculados con un modelo simplificado y oscilan entre USD 9 y 21 millones.” 

    Le puede interesar: El jugoso contrato que se ganó la Empresa de Energía Honduras

Puesto de otra manera,  hemos caído en racionamiento debido al déficit de capacidad y energía firme.  Esto es consecuencia de un exceso de energía intermitente, que además requiere de un gasto anual de “entre USD  9 y 21 millones” en reserva para respaldarla. El estudio señala la falta de planificación y revela que las autoridades no saben cómo definir la capacidad instalada de las centrales solares, ni a quién pagará los tres centavos que, como “incentivo”, ofrecieron a las centrales fotovoltaicas.

La improvisación ha tenido un alto costo.  Además de la insolvencia de la ENEE, el sector está sumido en el desorden.  El gerente apunta que es necesario reforzar la trasmisión, y tiene razón.  Para ello propone que los privados inviertan a largo plazo y se cobren por medio de peaje por el uso de sus líneas, pero la pregunta obligada es ¿quién les pagará? ¿La ENEE?  Solo un demente invertiría en esas condiciones.

Si realmente están interesados en resolver los problemas del sector bien harían en aprender las lecciones que nos ofrecen El Salvador y Guatemala.