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domingo, mayo 5, 2024

Siria en el foco de USA y Moscú

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Víctor Manuel Ramos

Luego de un año de intervención, mediante bombardeos de la aviación norteamericana sobre las posiciones de ISIS en Siria y en Irak, para derrocar a esa facción criminal islamista, el fracaso es evidente. Además, los bombardeos en territorios sirios no han contado con la autorización ni del Consejo de Seguridad ni del propio gobierno legítimo de ese país presidido por Bashar  Al Asad. Todo esto nos hace pensar que lo que ha hecho, en Siria, la coalición liderada por USA no es más que una simulación porque, aparte de que la criminal organización llamada ISIS y constituida en un Califato Islámico, de alguna manera, es el producto de la estrategia norteamericana, el gobierno de Obama está más interesada en el derrocamiento del gobierno de Asad que en la derrota de ISIS, muy a pesar de que tal grupo terrorista representa un serio peligro para la seguridad de los intereses norteamericanos en el mundo y en el mismo territorio norteamericano.

Tal fracaso solo ha representado más dolor para las poblaciones iraquíes y sirias que han tenido que soportar las brutales agresiones de los militantes de ISIS, que no respetan derecho humano alguno y que han cometido crímenes horrendos en la magnitud de genocidios. Resultado de ese sufrimiento es el masivo flujo de refugiados hacia Europa.

Así las cosas, el presidente Asad ha tenido que acudir a la solidaridad de sus amigos y de esta suerte, inicialmente recibió un adecuado suministro de armas y de entrenamiento para el uso de esas armas por parte de Rusia, el apoyo con milicias por parte de Hezbolá y el respaldo con armas y asesores por parte de Irán.

Pero lo que ha venido a cambiar el curso de la situación Siria ha sido, sin lugar a dudas, la intervención de la aviación rusa, que acude como respuesta a una solicitud del propio presidente Asad y que en apenas dos semanas de intensos bombardeos ha desbaratado el aparato logístico y de mando de ISIS, al mismo tiempo que ha demostrado una alta efectividad de sus aeronaves y de la precisión de sus misiles y de sus bombas convencionales.

Al destruir los almacenes de municiones, las fábricas de armas y al desarticular los mandos de ISIS, la tropa terrorista se ha visto obligada a refugiarse en las zonas urbanas o a huir hacia Turquía, país que igualmente les presta respaldo. El ejército sirio, por su parte, ha podido avanzar y capturar zonas que antes estaban bajo control de los rebeldes y ha liberado de los terrores de los extremistas a muchas poblaciones de esas zonas.

Los norteamericanos ha reaccionado con dudas porque consideran que la intervención solicitada a Rusia complica la situación de su deseo manifiesto de ver derrocado al régimen de Asad, y acusan a Moscú de atacar, además de las posiciones de ISIS, a las fuerzas que ellos llaman oposición moderada y que se propone el derrocamiento del presidente Asad, con el respaldo de USA, en una intromisión evidente de los Estados Unidos en los asuntos internos y soberanos de Siria. Todo esto sin tomar en cuenta de que Rusia ha declarado que reconoce a Asad como el único presidente legítimo de Sira.

Tan eficaz ha resultado la intervención de la aviación rusa en Siria que Irak ya ha solicitado a Putin el respaldo a los esfuerzos del gobierno en su lucha contra ISIS y ha permitido la formación de un grupo de coordinación formado por Siria, Moscú, Irán e Irak encargado de procesar la información de inteligencia que permita a los ejércitos y a la aviación rusa asestar golpes más certeros y sin sufrimiento de la población civil.

Los ataque aéreos perpetrados en contra de ISIS en los últimos días han cambiado profundamente el curso de la guerra en Siria y, frente a la desesperación de los norteamericanos de verse ridiculizados, estos han reanudado al lanzamiento de cargas de armas a la mal llamada oposición moderada, muy a pesar de que tales pertrechos, finalmente, son traspasados a los criminales de ISIS. Rusia, con la energía que requiere el caso, ha advertido a USA de que disparará contra los aviones norteamericanos que suministren pertrechos a los rebeldes.

Así las cosas, o los Estados Unidos, renuente hasta ahora, admite dialogar con Rusia para llegar a estableces un plan común parta la destrucción de ISIS o sigue empecinado en sus propósito no escondido de derrocar a Asad, situación que podría conducirlo a un enfrentamiento de consecuencias insospechadas con el poderío de Moscú que, por ahora ha demostrado su gran capacidad técnica y de alto poder. No lo deseamos y por eso es nuestro deseo que la sensatez se imponga y los Estados Unidos entiendan, de una vez por todas, que ya no pueden pretender ser los árbitros absolutos del mundo.

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