Redacción. En la zona rural de La Ceiba, Atlántida, decenas de niños, con mochilas improvisadas y cuadernos envueltos en bolsas plásticas, desafían las frías aguas y la fuerte corriente del río Cangrejal para poder llegar a su escuela.
Sin puentes ni transporte escolar, la única opción que tienen es caminar por senderos montañosos y vadear el caudaloso río, un trayecto que realizan con disciplina y esperanza.
A pesar del peligro, los pequeños avanzan con una sonrisa tímida y la convicción de que estudiar les abrirá un futuro distinto. Muchos de ellos incluso cargan sus zapatos en la mano para no arruinarlos en el cruce, mientras sus padres, campesinos de la zona, los acompañan parte del camino. Para estas familias humildes, la educación se ha convertido en la llave que podría romper con el ciclo de pobreza que por años los ha marcado.

Lea también: Niños de escuela reciben clases bajo una peligrosa amenaza en Lempira
Solicitan ayuda
La escuela a la que asisten se encuentra a varios kilómetros de distancia, pero representa para ellos un símbolo de esperanza.
Los docentes del centro educativo, conscientes del esfuerzo diario de sus estudiantes, han hecho un llamado a las autoridades para que se construya un puente peatonal y se provea transporte escolar, pues la travesía actual pone en riesgo la vida de los menores.

La historia de estos niños ha comenzado a circular en redes sociales, donde abundan mensajes de admiración y solidaridad.
Los estudiantes del Cangrejal se han convertido en un ejemplo a seguir, enseñando que el deseo de aprender puede ser más fuerte que cualquier inconveniente. Sin embargo, la preocupación habita cada día, en esperas de soluciones.