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viernes, abril 19, 2024

Sin odio, pero con justa indignación

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José P. Membreño

 

El oficialismo ha condenado como generadores de la violencia  a algunos comunicadores sociales que han tenido la valentía de denunciar la corrupción abierta y descarada de algunos dirigentes políticos del partido en el poder. Con esta desfachatez el gobierno pretende desviar la atención sobre los actos  de corrupción que evidentemente se han demostrado y que el propio presidente de la República ha reconocido la veracidad de las denuncias sin ningún arrepentimiento, el saqueo económico del Instituto Hondureño de Seguridad Social, el desabastecimiento de medicamentos en los hospitales públicos y centros de salud, y que causara la muerte de miles de afiliados,  ha llenado al pueblo de indignación y no de odio.

La persecución a los opositores del gobierno, la persecución política a otros miembros de otros partidos, la destitución injusta e ilegal de algunos profesores a través del ministro de Educación, la no aplicación de la ley a los corruptos culpables, el despilfarro económico de los dineros del pueblo también ha llenado de indignación al pueblo hondureño; no es odio lo que el pueblo manifiesta en las calles, es la indignación, es ese sentimiento de intenso enfado que provocan esos actos de corrupción tan injustos, tan inhumanos, que ofenden al pueblo.

Entendemos claramente que los conflictos políticos son inherentes a toda sociedad y que son provocados por la diferencia de intereses de cada clase social y que históricamente la división social es propia del orden político, por tanto si tan solo fuera eso no nos causaría ninguna sorpresa, pues hemos convivido con este fenómeno desde la conquista española.

Por otra parte los medios de comunicación están en la obligación no solamente de informar sino  orientar y provocar en el pueblo discusión de la problemática nacional para crear opinión y conocer la razón real y objetiva de los fenómenos políticos y sociales, sin embargo, estos medios convertidos en empresas no promueven el periodismo pero sí el  negocio, el periodismo es sinónimo de esfuerzo intelectual y precisamente se convierte el periodista en defensor de los intereses del pueblo, no en su verdugo.

No debemos  de olvidar la influencia que ejercen los comunicadores sociales en el pueblo hondureño y que el daño que pueden ocasionar  es en la mayoría de los casos irreversibles, en otras palabras el periodismo es un arma que se debe saber manejar con justa razón, por ello es tan importante que se hable con la verdad y con suma objetividad y no ponerse al servicio de quienes hoy por hoy oprimen al pueblo.

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