REDACCIÓN. A más de 24 horas del asesinato del comunicador social Javier Antonio Hércules Salinas, las autoridades hondureñas no reportan avances significativos en el caso ni la captura de sospechosos, pese a la gravedad del crimen y los antecedentes de amenazas que enfrentaba la víctima.
Hércules, de 51 años y nacionalidad salvadoreña, fue asesinado a balazos la mañana del domingo 1 de junio en la colonia Elder Romero de Santa Rosa de Copán, al occidente de Honduras. El ataque ocurrió mientras iniciaba su jornada como taxista, una labor que combinaba con su trabajo como comunicador en el canal local A Todo Noticias (ATN), y que desempeñaba para cubrir sus gastos y sostener a su familia.
Según testigos, sujetos armados a bordo de una motocicleta lo interceptaron y le dispararon sin mediar palabra. Su cuerpo quedó dentro del vehículo que conducía.
Lo alarmante del caso no solo es la brutalidad del crimen, sino la falta de respuestas por parte de las autoridades. La Policía Nacional informó que se encuentran en proceso de investigación, pero hasta ahora no han ofrecido mayores detalles ni capturas, lo que incrementa la preocupación entre familiares, colegas y defensores de derechos humanos.
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Hércules no era ajeno al peligro. En septiembre de 2023 denunció públicamente su secuestro perpetrado por hombres armados mientras trabajaba como taxista. Lo golpearon, pero logró escapar con vida. Desde entonces, había recibido múltiples amenazas. Se incorporó al Mecanismo Nacional de Protección, tras el seguimiento de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos de Honduras (ASOPODEHU).
El comunicador cubría temas sensibles, entre ellos hechos ligados al crimen organizado. Su asesinato se suma a una preocupante lista de ataques contra la prensa en el país. La falta de avances en el caso solo refuerza el clima de impunidad y vulnerabilidad que enfrentan los periodistas en Honduras.