FARÁNDULA. El influencer japonés, Shin Fujiyama, se encuentra recaudando dinero para la construcción de un nuevo centro educativo en Mezapa, un pueblo del departamento de Atlántida, al norte de Honduras.
Fujiyama tiene como misión la construcción de mil escuelas en Honduras, en una forma de apoyo a la educación hondureña. El japonés sigue imparable y ha anunciado de su nuevo proyecto en Mezapa, donde construiría el centro educativo número 66.
Para lograr la edificación, Shin se encuentra recaudando dinero, por lo que organizó un torneo de fútbol, donde ocho equipos participaron.
«Organicé un torneo de fútbol rápido en Mezapa, Honduras para recaudar fondos para la construcción de un kinder en la comunidad«, explicó el youtuber en sus redes sociales.
En el torneo, además, prepararon comidas y bebidas para obtener mayores ganancias a favor de los pequeños que claman por tener condiciones dignas para estudiar.
Al torneo se inscribieron 8 equipos de diferentes ciudades, siendo el equipo de Mezapa el que llevaba a Shin Fujiyama y a otras figuras como los famosos hermanos Berrios, incluyendo a José Mario Berrios, excapitán del Club Deportivo Marathón.
El campeonato fue todo un éxito, los jugadores se divirtieron y, lo más importante, se logró recaudar fondos para la construcción del kínder. «Muchas gracias a la Municipalidad de Tela por donar al torneo«, expresó Fujiyama.
Vea también: Proponen un billete de L1,000 con el rostro de Shin Fujiyama
Shin llora tras muestras de cariño de los hondureños
A inicios de agosto, Fujiyama no pudo contener su llanto al ver el apoyo que los hondureños le mostraron cuando hacía el reto de correr 125 kilómetros para recaudar fondos a beneficio de la construcción de una escuela en Chamelecón.
Fujiyama ha estado publicando en su cuenta de YouTube la maratón que realizó a mediados de julio, donde corrió desde la frontera con Guatemala hasta Chamelecón, San Pedro Sula.
En el video muestra cuando llegó al municipio de Omoa, donde los compatriotas le dieron una calurosa bienvenida y regalaron alimento y bebida para que continuara su recorrido.
Fujiyama dejó ver el buen corazón de los hondureños; enseñó el momento en que una señora le regaló un tamal, también cuando le dieron bebida energizante, agua de coco, té frio, desayunos, entre otros alimentos.
En cada parada, Shin saludó y recibió abrazos y palabras de aliento de los hondureños que lo ovacionaban por su buena acción. Fue tanto el amor que percibió el extranjero que no pudo controlar sus ganas de llorar.