Redacción. El filántropo e influencer japonés Shin Fujiyama vivió en carne propia la realidad de muchas comunidades rurales hondureñas al pasar una noche en la aldea de Calamateca, La Paz, donde no tienen electricidad ni agua potable.
A través de sus publicaciones en redes sociales, Fujiyama compartió lo que vivió durante su estancia y expresó su gratitud hacia los habitantes por abrirle las puertas de sus hogares. «Muchas gracias a todas las familias de Calamateca por dejarnos pasar la noche con ustedes», escribió el influencer.
Fujiyama detalló las actividades que compartió con la comunidad y destacó los momentos vividos: «Pasé momentos bonitos comiendo juntos, recogiendo leña juntos, cocinando juntos a fuego lento y inaugurando la escuela juntos».
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Uno de los aspectos que más impactó a Shin fue presenciar las dificultades que enfrentan los niños para estudiar. «Fue muy impactante ver los niños haciendo sus tareas en la oscuridad con la ayuda de una vela«, relató.
También subrayó la admirable perseverancia de los jóvenes a pesar de las limitaciones. «A pesar de los recursos limitados, vi que los niños tienen grandes sueños para sacar adelante a sus familias».
Construcción de una escuela
Su visita a Calamateca no fue casualidad. El influencer ha estado activamente involucrado en la construcción de una escuela para los 30 niños de la comunidad.
En su mensaje agradeció a sus seguidores por el apoyo brindado a esta noble causa: «Gracias a todos ustedes por apoyarnos en la construcción de la escuela para los 30 niños de Calamateca».
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La labor del filántropo japonés va más allá de la creación de contenido en redes sociales; su inmersión en la vida de la comunidad de La Paz y su esfuerzo por brindar mejores condiciones educativas a los niños demuestran un compromiso genuino con el bienestar de las comunidades hondureñas.